Por primera vez en sus casi 100 años de existencia, el Partido Revolucionario Institucional no postulará a un candidato propio a la Presidencia de la República.
Luego de que su dirigente nacional, Alejandro Moreno, anunciara que el tricolor apoyará a la panista Xóchitl Gálvez como la abanderada presidencial del Frente Amplio por México, el partido que gobernó al país de manera ininterrumpida durante 70 años, decidió no ir con un candidato formado en sus filas.
En el camino quedó la aspiración de la priista tlaxcalteca Beatriz Paredes Rangel de, tal vez, cerrar con broche de oro su prolífica carrera política bajo el cobijo del tricolor, que le llevó a ocupar cargos como Secretaria General del partido, gobernadora de su estado natal, diputada y senadora, entre otros.
En la más reciente elección presidencial, en 2018, el PRI decidió postular –en alianza con el Partido Verde Ecologista de México y Nueva Alianza- a José Antonio Meade Kuribeña, una de las caras más amables o menos ligada a los escándalos de corrupción que caracterizaron el sexenio de Enrique Peña Nieto (2012-2018).
Meade Kuribeña también se había desempeñado como secretario de Energía y de Hacienda y Crédito Público en el sexenio del panista Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012).
Con más tintes blanquiazules que del tricolor, en un acto de campaña ante simpatizantes priistas, Meade acuñó la frase “Háganme suyo”, pues era el candidato menos revolucionario del partido fundado por Plutarco Elías Calles.
En el año 2000, Francisco Labastida Ochoa fue el primer candidato del PRI en perder una elección presidencial. En aquella ocasión fue derrotado por Vicente Fox Quesada, del PAN.
Desde su nacimiento en 1929, bajo el nombre de Partido Nacional Revolucionario, el rebautizado PRI siempre había postulado candidatos presidenciales salidos de sus propias filas. Hasta ayer miércoles que Moreno dio a conocer que dejaba fuera de la contienda a Beatriz Paredes -quien no estuvo presente durante ese anuncio- para apoyar a la panista Xóchitl Gálvez quien será la candidata del Frente Amplio por México, decisión que ya había adelantado el presidente Andrés Manuel López Obrador antes de la supuesta elección del aspirante del bloque opositor.