La vida y obra de la reina María Antonieta ha sido una de las más interesantes en la historia.
La historia está repleta de personajes que la marcaron, sea por sus logros, por su obra, por su contribución a la sociedad, por su importancia contextual y social, por su posición en la sociedad o por la forma en la que actuaron.
Las monarquías siempre han atraído la atención, pues el poder y significado que representan dirigió a naciones e imperios que eran y son regidos por una persona, por lo que conocer su biografía da un entendimiento al por qué de ese momento histórico.
Uno de los momentos más álgidos en la historia se trata de la Revolución Francesa, dada como respuesta al hartazgo monárquico que implicaba en la sociedad francesa. Luis XVI y sobre todo María Antonieta fueron figuras que dieron paso a la revolución, en especial de María Antonieta.
La vida de María Antonieta
Nacida en Viena, Austria en 1755, fue a penúltima hija del matrimonio del emperador Francisco I del Sacro Imperio Romano Germánico y de la emperatriz María Teresa l de Austria.
María Antonieta contrae nupcias a los 14 años con el joven delfín Luis XVI, volviéndose la representación de la alianza franco-austriaca, aunque ambos países se repudiaban.
Como Delfina de Francia no le tocó fácil, pues la corte la repudiaba y la trataba con frialdad, por un lado, el desprecio por su pronunciación del francés, por el otro, era vista como una “extraña” debido a su origen austríaco.
Con el tiempo María Antonieta se adaptó a la corte y comenzó a ganar popularidad. Para 1774, asciende al trono como reina de Francia y a partir de ahí, sus primeros años fueron de gloria, algo que cambió con las decisiones del rey que terminaron con la monarquía.
María Antonieta concibió cuatro hijos de los cuales su hija mayor vivió más tiempo.
La moda, la corte y María Antonieta
La vida en la corte era dura, pues de haber pasado a una corte más recatada, la corte francesa correspondía a una de las cortes más ostentosas de la Europa del siglo XVIII, ya que los usos y costumbres eran tan elaborados y específicos, que María Antonieta fue criticada por no conocerlos.
Algo que destacó de la reina, es que su adaptabilidad se dio de manera rápida, pues pasó de ser vista como una paria a ser objeto de tendencia y posteriormente, a ser criticada de frívola y derrochadora por el pueblo francés.
Una de las mayores características era la indumentaria que dominó Versalles, pues era regida por una ley que codificaba la manera de vestir para cada ocasión. Telas elaboradas y suntuosas acapararon los vestidos, la demostración del exceso y del paso del barroco al rococó.
El esplendor con que se manejaba la reina también incluía su peinado, ya que su peluquero llamado Leonard creaba pelucas altísimas adornadas con todo tipo de objetos.
La caída y muerte
El reinado de María Antonieta estuvo regido por críticas, primero desde la corte francesa y con el paso del tiempo de la sociedad francesa.
Gran parte del descenso de la monarquía se debió al descontento por los gastos de la reina, pues gran parte de sus gastos iban a vestidos, muebles para sus apartamentos reales, joyas, entre otros. Además, fue juzgada por su afición al juego de cartas y al billar, actividades que hacia con gran recurrencia en su palacio personal.
Mucho del peso de la caía de la monarquía se le impuso a ella aunque en la realidad influyeron también las decisiones que Luis XVI tomó durante su mandato, sobre todo en el enorme gasto que implicó apoyar la Independencia de Estados Unidos.
El descontento en el pueblo creció y estalló en el asalto a la Bastilla el 14 de julio de 1789. Después del incidente la monarquía tenía sus días contados, ya que intentaron huir en 1791, aunque fueren vano, pues fueron apresados.
Después de la ejecución del rey, María Antonieta ya no volvió a ser la misma. Se encontraba deprimida por lo que había pasado y su futuro era incierto. Meses después y sin éxito al intentar de rescatarla, fue juzgada y posteriormente condenada a muerte en la guillotina el 16 de octubre de 1793.
Después de su muerte la revolución estalló y comenzó una lucha por poderes dentro de Francia. Con el tiempo la imagen de la reina ha ido cambiando, pues se reconocen sus acciones pero también que se le atribuyeron culpas que no le correspondían. De igual manera, a lo largo del tiempo su figura ha sido objeto de representaciones intentando conocer más sobre ella.