Primero hay que entender que si tu empresa no tiene presencia en redes sociales, simplemente quizá no existas, por más exclusiva que sea, tu target o público meta, se mueve en una de ellas. Por eso, separaremos los roles, una cosa es la creación del contenido y otra es la publicación e interacción.
¿Quién crea contenido?
La verdad es que en la participación de creación de contenido juegan todos, tomar fotos, hacer video, registrar eventos, sacar ideas y demás, se vale, solo que el participar en la generación no significa que serán los encargados de la difusión, esta actividad debe quedar registrada con una sola persona, con conocimientos de marketing y publicidad, ellos discriminarán lo que funciona o no de acuerdo a la comunicación de la empresa o marca, también en ellos reside la responsabilidad de compartir información de terceros o noticias en tendencia, prácticamente de temas que se encuentren en el vox populi y representen un beneficio para el mensaje a reforzar.
¿Por qué ellos y no el sobrino del jefe?
Muchas veces, en serio, más de las que se esperan ver, empresas dan las riendas de la marca en redes sociales, al sobrino, sobrina, hijo o hija teen del mero mero, que por ser muy trucha en redes sociales, “deberían ser unos buenazos para manejar las del negocio” y no es así. No se trata de postear una que otra imagen con unas letras coloridas, todo tiene su razón de ser.
Quienes se encargan de las redes sociales, están capacitados para ser la voz, letras o cara de la marca en la pantalla del usuario, son capaces de manejar una crisis, ya sea una avalancha de comentarios negativos, errores ortográficos, mala información, hasta complejas campañas de interacción para posicionar, refrendar o dar a conocer un nuevo producto y servicio. No es sólo generar likes, es provocar interacción, tener agilidad, hacerlo con prontitud y hacer que cada cliente o usuario se siente escuchado, atendido y sobre todo satisfecho con cada respuesta.
Además, cada red social se maneja de forma distinta, el contenido debe ser adaptado y ajustado de tal forma que funcione, de lo contrario será tiempo, dinero y esfuerzo desperdiciado.