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¿Camión o pesero?¿Por qué se llaman así?

Los camiones del transporte público se les conoce como “pesero” pero te has preguntado ¿por qué se llaman así y cuál es su origen?

En México la ingeniosidad de nombrar las cosas dependiendo de su parecido y a lo que recuerde ha demostrado en ingenio con el que se cuenta para denotar las cosas. El vocabulario es amplio y único que no se compara con las características de otros lugares.

En México, la manera de nombrar el transporte público ha ido cambiado y se ha dotado de diferentes maneras de decirlo, por lo que conocer el origen de estas palabras nos permite conocer nuestra identidad y la historia que hay detrás.

El nombre por el que se nombran a los camiones los mexicanos le pusieron “pesero”, que de acuerdo a la Real Academia Española significa: “carnicero; persona que vende carne”.

El origen de “pesero”

En la Ciudad de México es común llamar a los camiones “pesero”, pero en otras regiones del país como en Sinaloa este es conocido como “décimo”.

El término de “pesero” surgió en la década de los 50, cuando en México la creciente demanda de movilidad urbana y la escasez de un transporte público adecuado provocó que comenzara a crearse una infraestructura de movilidad pública.

En aquel entonces los camiones de carga fueron adaptados para transportar a los pasajeros, lo que los consolidó como una alternativa improvisada pero eficaz. Originalmente estos camiones estaban diseñados para transportar mercancía, pero ante la necesidad de movilizar a la gente fueron habilitados como transporte publico. Se les adaptó asientos rústicos que fueron añadidos a la parte trasera de la cabina y las cortinas se desplegaban para proteger a los pasajeros de la lluvia o el sol.

Otro origen que se le atribuye es que, a partir de los años sesentas la tarifa de los camiones era de un peso, por lo que esto se transformó en “pesero” y de esta manera, el término fue arraigándose en la cotidianeidad. Esta ruta solía pasar por el Paseo de la Reforma, antes de la inauguración de la Línea 1 del Metro.

Evolución del pesero a lo largo de los años

Si bien los vehículos y las tarifas han ido cambiando con el tiempo, el término de “pesero” ha persistido.

En principio eran camiones de color verde claro en su carrocería con el blanco el toldo que iban a diferentes rutas de la ciudad y llegaba a costar 30 centavos.

Para la década de los años 50 surgieron los autobuses “chatos”, cuyo término proviene de que no tenían un frente voluminoso sino como aplastado.

Para los años 60 y 70 los camiones denominados “vitrina” eran aquellos con grandes parabrisas que otorgaban su nombre. Tenía rutas que iban a Villa Álvaro Obregón, Colonias Urbanas, y San Rafael-Aviación Martínez de la Torre.

Para 1968 surgió otro modelo parecido por las Olimpiadas de 1968.

Para la década de los 70, los camiones fueron llamados “delfines”, que tenían franjas rojas a los costados y cobraban un peso. Después estos se transformaron en “ballenas” que eran reconstrucciones de los camiones llamados “vitrina”, mostraban en sus costados dibujos de ballenas y podían alojar un promedio de 80 pasajeros.

En la década de los 80 surgieron los camiones de Ruta 100, los cuales ya constituían parte de un organismo público descentralizado llamado Autotransportes Urbanos de Pasajeros Ruta 100. El objetivo era tomar el mando del servicio público que poseían las diversas compañías camioneras privadas.

Después fueron sustituidos por diferentes camiones y rediseñado la forma, por lo que contenían grandes ventanas con franjas de color azul y verde a los costados y pintados de blanco en su totalidad.

Con el tiempo, estos fueron transformándose a los “peseros” que conocemos que están pintadas de verde y constituyen el medio de transporte más grande de la Ciudad. Actualmente hay algunas rutas que han ido cambiando a camiones de color morado, por lo que el nombre se les quedó aunque su evolución hada ido cambiando con el tiempo.

Mar

Escritora, redactora. Egresada de la carrera de Lengua y Literatura Hispánicas, fui parte de la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM. La escritura es el camino y la meta, y siempre estoy pensando con palabras.

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