El centro de la galaxia aloja misterios que han ido develándose con el paso del tiempo, conocemos nuestra galaxia pero no el centro, aquí hablamos de ella.
El universo es un espacio vasto e inimaginable en nuestra visión, pues si bien existen fotografías del telescopio Hubble que han ayudado a conocer el universo observable, es tan enorme e infinitos que a veces nos es incomprensible de divisarlo.
El espacio al paso del tiempo se va expandiéndose y cada vez más nos vamos distanciando de las estrellas, aunque esto no signifique que observemos ese cambio, las galaxias y el universo observable va distanciándose uno del otro, donde hay de por medio miles de años luz de distancia.
En nuestras clases de geografía de la escuela, aprendimos de las galaxias y de la Vía Láctea, nuestra galaxia que está compuesta por entre 100 a 400 billones de estrellas. Pero algo que no conocemos es el centro de la galaxia, la cual alberga un hoyo negro.
La Vía Láctea
La Vía Láctea es una galaxia con un diámetro mayor a los 100 mil años luz, se sabe que la galaxia es tan vieja como el mismo Universo, lo que la ha convertido en una de las galaxias más antiguas de las que se tenga conocimiento.
Nuestro sistema solar se encuentra en uno de los brazos de la galaxia, por lo que nos sitúa en el anillo exterior de la galaxia, muy alejados del centro de la misma, pues la distancia desde el Sol hasta el centro de la galaxia es de alrededor de 25,766 años luz.
La Vía Láctea forma parte de un conjunto de unas cuarenta galaxias llamado grupo Local y es la segunda más grande y más brillantes después de la galaxia de Andrómeda. Además, se estiman que hay entre 10 millones y mil millones de agujeros negros.
El nombre de Vía Láctea proviene de la mitología griega y romana, pues en latín significa “camino de leche”, esto, por la apariencia de la tenue banda de luz que atraviesa el firmamento de terrestre. En la mitología griega, se trata de leche derramada por el pecho de la diosa Hera.
En la antigua Grecia, el astrónomo Demócrito sugirió que aquel haz blanco en el cielo se trataba de un conglomerado de muchísimas estrellas demasiado tenues individualmente como para ser reconocidas a simple vista. Galileo Galilei comprobaría esta teoría con el telescopio.
La Vía Láctea comenzó su formación como una o varias pequeñas regiones de sobredensidad en la distribución másica del universo poco tiempo después del Big Bang. Algunas de estas regiones eran las semillas de los cúmulos globulares, en donde perduran las estrellas más antiguas que formaron la galaxia.
El centro de la galaxia
El centro de la galaxia es una zona bastante dinámica, pues en ella nacen y mueren estrellas constantemente. Por ello, ahí habitan supernovas y hoyos negros así como filamentos galácticos.
Debido a que el polvo interestelar bloquea la línea de visión al centro de la galaxia, la información conocida del centro de la galaxia proviene de observaciones realizadas por rayos gamma, infrarrojos, longitudes de onda submilimétricas, ondas de radio o rayos X de alta potencia.
En el centro de la galaxia, se encuentra el agujero negro supermasivo llamado Sagitario A*, el cual tiene una masa de millones de veces la masa del Sol e interactúa con a su alrededor de forma extrema, pues puede destruir una estrella y esta se acerca lo suficiente.
El Telescopio de Horizonte de Eventos está diseñado para capturar la imagen de Sagitario A*, esto a través de la observación de la luz que emite la materia supercaliente alrededor y el efecto de gravedad sobre la esta misma. El resultado de esta interacción se conoce como la Sombra del Agujero Negro.
En nueva evidencia obtenida por el telescopio Explorador de polarimetría de imágenes de rayos X (IXPE, por sus siglas en inglés) de la NASA arrojó que el antiguo gigante despertó hace apenas 200 años para devorar gas y otros desechos cósmicos a su alcance.
