El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a la ciudad de Butler, Pensilvania, donde sufrió un intento de asesinato en julio, prometiendo que “nunca” se rendirá en su lucha por regresar a la Casa Blanca.
Acompañado por miles de seguidores, el republicano busca reafirmar su candidatura a un mes de las elecciones presidenciales.
“Hace 12 semanas, un asesino a sangre fría intentó silenciarme”, afirmó Trump ante su audiencia, esta vez resguardado por un cristal a prueba de balas. El expresidente calificó al atacante como un “monstruo” y juró que nunca se quebrará ni dejará de luchar por su causa política.
La seguridad en el evento fue estricta, con francotiradores en los techos y un dron de vigilancia monitoreando la zona. El incidente de julio marcó un giro en la campaña de Trump, quien ha utilizado el ataque para presentarse como una figura política perseguida, destacando su resiliencia frente a la violencia.
Apoyo de Elon Musk
El empresario Elon Musk acompañó a Trump en el escenario y enfatizó la importancia de registrar votantes en estados clave como Pensilvania. Musk, dueño de la red social X, afirmó que Trump debe ganar para preservar la democracia, enviando un mensaje alarmista similar al que publica a sus seguidores en redes.
La carrera presidencial dio un vuelco semanas después del atentado, cuando el presidente Joe Biden se retiró de la contienda y fue reemplazado por la vicepresidenta Kamala Harris. La candidata demócrata ha ganado terreno rápidamente, mientras Trump intenta revivir el incidente de Butler para fortalecer su campaña.
Trump, retórica incendiaria
En su regreso a Butler, Trump recordó la violencia de julio, donde un atacante disparó ocho veces antes de ser abatido. Además del expresidente, dos simpatizantes resultaron heridos y un bombero local, Corey Comperatore, perdió la vida.
A pesar de los llamados a reducir la polarización política, Trump ha continuado con su retórica incendiaria, negándose a comprometerse a aceptar el resultado de las elecciones si no le es favorable. La campaña entra en su recta final, con el republicano reforzando su imagen como un mártir político que lucha contra las élites.