Escuchar a Florence + the Machine es como caminar en el bosque, con la frescura del viento a cuestas, un dejo de nostalgia pero a la vez, de libertad.
La voz de Florence Welch es de esas que permanecen en la mente durante horas y horas. Y sus mensajes, su música, ese género de pop con un toque rock y música independiente, lo hacen por demás interesante.
Esta semana, el 3 de julio para ser más precisos, se cumplen ya 10 años de la llegada del disco Lungs, el primero de estudio en la trayectoria del grupo.
Una de las canciones principales de Lungs fue Dog Days Are Over, tal vez la más conocida de la banda –aunque no necesariamente la única ni la mejor-. Lo que es verdad, es que se convirtió en una de las más importantes para la propagación de su sonido, así como una de las más reconocidas y pedidas por los fans.
Pero no todo termina ahí, el disco Lungs, en general, es un conjunto de 13 composiciones en el que todos aportan algo distinto, algo que se queda en el gusto y la memoria como ese bocado que se disfruta y no queremos que se termine. A 10 años de su llegada, vale la pena repasar.
Florence + the Machine, afortunadamente, continúan activos. El año pasado nos entregaron su más reciente producción, High Hopes (el cuarto en su carrera), que es realmente bueno y del que estamos seguros en 10 años se estará recordando como Lungs; se escribirán recuerdos y reseñas acerca de él. Pero mientras eso llega, hagamos lo propio con Lungs, que desprendió ni más ni menos que seis sencillos: Kiss with a Fist, Dog Days Are Over, Rabbit Heart (Raise It Up), Drumming Song, You’ve Got the Love, y Cosmic Love. Los otros siete, los no sencillos, son igualmente memorables.
En su integridad, Lungs es un recordatorio de porqué Florence + the Machine es uno de los sonidos más novedosos y válidos de los últimos años.
