La UNAM está utilizando aguas negras como fuente de información para monitorear la salud y prevenir riesgos epidemiológicos.
Luz de María Breton Deval, investigadora del Instituto de Biotecnología (IBt), destacó que estos residuos contienen bacterias y virus provenientes de fluidos humanos, los cuales pueden indicar la propagación de enfermedades.
“Detectar microorganismos en el agua permite actuar con estrategias públicas específicas, como visitas médicas y prevención de enfermedades entéricas”, explicó Breton.
Su equipo analiza cuerpos de agua que reciben descargas sin tratamiento, lo cual es relevante, ya que solo el 28% de estas aguas se procesan en México.
Estudios en cuerpos de agua clave
Desde hace siete años, las investigaciones se centran en ríos y lagos contaminados.
Han estudiado el Río Apatlaco, en Morelos, y el Río Magdalena, en la Ciudad de México, para identificar bacterias relacionadas con enfermedades en las zonas aledañas.
Los resultados buscan correlacionarse con el Boletín Epidemiológico de la Ciudad de México para proponer técnicas de monitoreo económico y eficaz.
Guadalupe Ortiz López, estudiante de la maestría en Ciencias Bioquímicas, señaló que el análisis de aguas negras también permite observar el consumo excesivo de antibióticos.
Este fenómeno puede fortalecer bacterias, haciendo más difícil su eliminación.
Metodología y retos
Las muestras son analizadas siguiendo normas oficiales mexicanas.
Se miden nitritos, nitratos y amonio para evaluar la calidad del agua, además de secuenciar ADN para identificar microorganismos y genes resistentes.
Sin embargo, este tipo de vigilancia enfrenta retos como la necesidad de análisis continuos, personal capacitado y recursos.
Breton propuso descentralizar los muestreos, capacitar a operadores de plantas de tratamiento y utilizar tecnologías verdes como paneles solares para reducir costos energéticos.
También subrayó la importancia de separar aguas negras, grises y pluviales, ya que las primeras requieren tratamientos más complejos.
Un enfoque hacia la economía circular
La investigadora enfatizó que las aguas negras son ricas en nutrientes como nitrógeno y fósforo, útiles para la agricultura.
Sin embargo, su uso sin tratamiento es peligroso debido a la presencia de patógenos y genes resistentes.
Proyectos de economía circular, como la producción de electricidad a partir de biogás generado por estas aguas, podrían ser una solución sostenible.
Con información de la UNAM.