Un equipo de especialistas del Instituto Politécnico Nacional (IPN), encabezado por el doctor Ignacio Eduardo Maldonado Mendoza, creó un compuesto agrobiológico basado en bacterias que frena el daño en raíz, tallo y mazorca de maíz causado por el hongo Fusarium verticillioides.
Este problema afecta gravemente a México y ha provocado pérdidas del 70 al 80% en cosechas de Sinaloa.
El maíz es clave para la economía del estado y de todo el país. Por eso, desde 2009, investigadores del Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional (CIIDIR), Unidad Sinaloa, buscaron una solución al deterioro del grano.
Un hongo que afecta la producción y la salud
El doctor Paúl Alán Báez Astorga, integrante del Laboratorio de Ecología Molecular de la Rizósfera en CIIDIR Sinaloa, explicó que Fusarium verticillioides no solo daña las plantas, sino que también representa un riesgo sanitario.
Este hongo produce fumonisina, una micotoxina relacionada con cáncer de esófago, leucoencefalomalacia equina y edema pulmonar porcino.
Los científicos analizaron muestras de parcelas infectadas y sanas, identificando a Fusarium verticillioides y otros Fusarium como los causantes de la enfermedad.
Luego, evaluaron 11,520 microorganismos de la rizósfera del maíz y seleccionaron 622 con potencial para combatir el hongo.
La bacteria que protege el maíz
Tras varias pruebas, los investigadores redujeron la lista a 14 microorganismos seguros para el consumo humano.
De estos, probaron su efectividad en plantas de maíz y encontraron que tres bacterias fueron las más eficientes:
- Bacillus megaterium B5
- Bacillus cereus B25
- Bacillus subtilis B35
La más prometedora fue Bacillus cereus B25, que disminuyó la incidencia y severidad del hongo, además de mejorar el rendimiento del cultivo.
Tecnología en desarrollo para su comercialización
El equipo secuenció el genoma de B25 y descubrió que la bacteria bloquea el crecimiento del hongo, degrada su pared celular, lo encapsula con una biopelícula y produce un antibiótico que desorganiza sus membranas.
A partir de estos hallazgos, desarrollaron un formulado en polvo con esporas de B25, que está en proceso de patente para su futura comercialización.
Este desarrollo representa una solución natural y efectiva contra un problema que afecta tanto la producción de maíz como la salud pública.