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Cine

“Comer, rezar… y amar…” sin movernos de donde estamos.

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En el cine, la lente es uno de los instrumentos esenciales. Es una herramienta que nos ayuda a “comer, rezar… y amar…” sin movernos de donde estamos.

(“Comer, rezar… y amar…” sin movernos de donde estamos)

El cine como válvula de escape.

La cámara de cine nos permite transportarnos a otros mundos de una manera figurada y, en ocasiones, nuestra imaginación no distinguirá la realidad por segundos. Esa es una de las grandes cualidades del cine, misma que nos permite desconectarnos de nuestro entorno, de nuestra cotidianeidad y abandonar todo aquello que nos aqueja.

Una película es una visión propuesta por un tercero con la cual podemos identificarnos.

El medio nació como una manera de retratar la realidad y conservarla para la posteridad, pero casi desde ese mismo instante, se propuso para la representación de las fantasías. Desde entonces, se convirtió en un escape muy válido.

Un filme que tiene mucha resonancia en este sentido, es Eat Pray Love, cuyo estreno fue el 13 de agosto de 2010, y que está basado en el libro de mismo nombre, escrito por Elizabeth Gilbert. Su publicación fue el 16 de febrero de 2006.

A la vez, la producción es una de las más celebradas en la carrera de la actriz Julia Roberts, quien comparte con James Franco, Richard Jenkins, Viola Davis, Billy Crudup y Javier Bardem, entre otros.


“Comer, rezar, amar”.

La historia es más que conocida a estas alturas; es acerca de la vida de una escritora que se siente atrapada en los convencionalismos establecidos por ella misma para encajar dentro de un rol social y que decide emanciparse, con el fin de liberar su conciencia.

En pocas palabras, decide divorciarse, dejar todo y comenzar una nueva vida.

La mayoría de nosotros nos hemos llegado a sentir de la misma manera, atrapados y con ganas de hacer un borrón y cuenta nueva, por lo que el eco que hace esta propuesta puede resultar demasiado fuerte y demasiado cercano.

Habrá quien prefiera la novela a la película dirigida por Ryan Murphy. Y eso está perfectamente bien. Mas si eliges la versión multimedia, esta también habrá de tocar alguna fibra sensible en algún momento. O en muchos.

Eat Pray Love nos habla acerca de la libertad, una virtud que muchas veces damos por hecho. La cinta puede hacernos parar por un momento y preguntarnos cómo vamos.

Nunca es tarde para actuar. Y debemos de tomar en cuenta que nuestra persona más importante debemos de ser nosotros mismos. No es una cuestión de ego, es una cuestión de supervivencia.

Tal vez nuestras conclusiones no nos lleven, como en el filme, a dejar todo para redescubrirnos, pero sí es bueno recordar que tenemos que estar en contacto con nuestro propio ser.


Viajar sin movernos.

Comer, amar, rezar, es mostrada con romanticismo y estética, con un impulso que nos mueve y nos hace desear seguir los pasos de Liz (Roberts), viajar por el mundo y descubrir nuevas cosas, ampliar nuestro panorama y sanear nuestro espíritu.  Probablemente en este proceso también podamos encontrar un pedazo de nosotros mismos.

Y, gracias esta producción, tal vez podremos hacernos sin movernos de donde estamos.

La fotografía de Robert Richardson no hace más que envolvernos en la propuesta y, si nos descuidamos, podremos sentirnos en esos lugares, aunque sea por un instante.

El cine es un idioma que nos envía grandes mensajes como el que nos transmite este inolvidable filme.

Comer, rezar, amar, cumple 15 años en 2025.


Te presento otras celebradas películas de Julia Roberts. Closer:


Mujer bonita:


Y La boda de mi mejor amigo:

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