Con El Infierno, “La realidad supera a la ficción”.
Con El Infierno, “La realidad supera a la ficción”. En este caso parecería cierto, pues las situaciones mostradas en el filme podrían quedarse cortas.

De infierno en infierno.
Escrita, producida y dirigida por Luis Estrada (con ayuda en el argumento y guion, de Jaime Sampietro), y estreno el 3 de septiembre de 2010, El Infierno es una “dramedia” (drama y comedia) negra de crimen, que retrata parte de una realidad que se vive en el país latinoamericano (y que puede ser reflejo de algún otro). Por instantes, podemos ver toques del cine western.
Caracterizado por el humor negro y un sarcasmo punzante, puede parecer que el filme es exagerado o, de plano, se queda corto en cuanto el reflejo de las realidades que ofrece.
El elenco seleccionado para la película es uno de sus mejores rasgos, con Damián Alcázar, Joaquín Cosío, Ernesto Gómez Cruz, María Rojo, Elizabeth Cervantes, Daniel Giménez Cacho, Jorge Zárate y Salvador Sánchez.
De gran carga irónica y pintoresca, se reflejan las diversas vivencias en la vida de Benjamín “Benny” García (Alcázar), quien viaja de “mojado” a los Estados Unidos. Esto es, como migrante ilegal, un escenario muy común debido a la cercanía entre ambos países.
Pero esa no es la travesía de Benny, sino su regreso a México, 20 años después, cuando es deportado e “invitado” a no volver jamás al país del norte.
Después de ser robado tanto por ladrones como por autoridades, Benny decide retomar la vida en su pueblo natal, el ficticio San Miguel Arcángel. Sin embargo, no siempre seremos recibidos con los brazos abiertos a nuestro regreso.
El regreso.
Benny encuentra una realidad muy distinta. Y no para mejorar. Su pueblo ha sido absorbido por el narcotráfico y su lucha entre bandas rivales. Sus jóvenes son reclutados.
La repulsión por la vida delictiva no dura mucho y termina tan pronto como existe la oportunidad de ser parte de ella. Entonces, Benny se enrola una vida de prosperidad económica, complicidad, y en la ilusión óptica de la espiral ascendente, cuando el sentido es al revés.
Aparentemente, Benny gana el respeto que nunca nadie la ha mostrado antes de ser parte del narco.
El filme muestra varios planos de corrupción y cómo estos ejercen una influencia sobre un hombre “bueno”, que solo desea lo mejor para él y para su familia. Las circunstancias adversas, el “ir contra corriente” y la “mala suerte”, son factores que se observan en diversos filmes del país mexicano y que, en El Infierno, alcanzan un nuevo nivel.
La producción nos permite hacer un análisis de las circunstancias que llevan a una persona a perder la brújula y dejarse llevar por la clandestinidad. Estas condiciones pueden estar más cerca de nosotros de lo que creemos y basta con pensar cuántas veces hemos hecho algo no del todo correcto, alentados por las condiciones subrepticias.
Así que, sí, “el infierno” puede ser aquel con el que nos encontramos, pero también es ese que nosotros creamos.
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