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Mirada Incómoda

Entre la representación y la autopromoción:

Definitivamente la comunicación política ha cambiado con el tiempo. Hoy ya no basta con tener presencia en los medios tradicionales. Las redes sociales se han convertido en uno de los principales espacios donde la ciudadanía se informa y discute sobre lo público. El problema no es estar ahí, sino para qué y cómo se está ahí.

En la entidad, y particularmente en el municipio de Querétaro, hay dos regidores que destacan por su alta exposición en redes sociales. Uno de ellos ha sido más cuestionado que el otro, pero ambos abren una misma interrogante de fondo. ¿Su presencia digital realmente aporta a su labor como regidores? ¿Sirve para informar a la ciudadanía y rendir cuentas? ¿O termina reduciéndose a la difusión de propaganda, su imagen y en algunos casos, desinformación?

Es cierto que el regidor de Morena, Fernando Flores, ha sido ampliamente señalado por sus recurrentes videos en redes sociales, muchas veces más cercanos al formato del influencer que al del representante popular. Sin embargo, dentro del PAN hay otra regidora que también parece tener más presencia en redes que en el ejercicio visible de sus funciones dentro del Cabildo. Maricarmen Presa. Ambos fueron electos para ser una voz ciudadana en el Ayuntamiento, para llevar al pleno las preocupaciones, inconformidades y cuestionamientos de la gente, pero esa representación no siempre se percibe con claridad.

Ser un político influencer no es lo mismo que comunicar. Comunicar tampoco es sinónimo de cercanía real. Mucho menos de atención efectiva a lo que la ciudadanía necesita. La promoción constante de la imagen personal o de una ideología difícilmente puede considerarse el fin último del servicio público.

Entonces vale la pena preguntarse qué tanto estas estrategias digitales fortalecen la democracia local. En qué momento la comunicación política se convierte solo en espectáculo. Dónde queda la rendición de cuentas, el trabajo en comisiones, el debate serio dentro del Cabildo y el cumplir con las funciones para las que fueron elegidos y no solo subir diario a redes sociales videos.

Las redes sociales son una herramienta poderosa, pero también un espejo incómodo. Reflejan prioridades, intenciones y muchas veces ausencias. Y ahí el cuestionamiento resulta inevitable. ¿Están estas figuras utilizando las redes para acercarse a la ciudadanía o para alejarse de sus responsabilidades o incluso peor solo para promoverse a sí mismos? Aquí termina mi mirada incómoda, pero necesaria.

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