Este 2020 se cumple el 30 aniversario del estreno en cine de última parte en la trilogía de El Padrino. Aunque muchos querrían no recordarla.
El filme llegó a las salas el 20 de diciembre de 1990. Y pese a que no cuenta con la calidad de sus anteriores entregas, tampoco es una mala película. A veces surgen ideas que no están bien sustentadas del todo y se convierten en “verdades” dado que mucha gente las replica. Sin embargo, un detractor de El Padrino III, pocas veces podrá dar un argumento sustentado o que no se lea comúnmente en internet.
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Lo cierto es que tal vez la última parte llegó demasiado tarde. The Godfather data de 972 y la parte dos, de 1974. En ese entonces, tanto Al Pacino como Robert De Niro comenzaban sus carreras y fueron estos filmes los que ayudaron para su consolidación. Para 1990 eran dos de los nombres más reconocidos de la actuación. Robert De Niro estelarizó Goodfellas en ese 1990, filme dirigido por Martin Scorsese. Similares en temática, pues ambas hablan del bajo mundo y hasta se podría decir que son apologéticas del crimen, aunque suelen ser comparadas, The Godfather III y Goodfellas difieren sustancialmente.
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Buenos muchachos es más visceral, directa, gráfica y violenta, mientras que The Godfather III es más estratégica y emocional. El filme ahonda más en los movimientos ajedrecísticos para la adquisición de la compañía Immobilliare y el interés por Michael Corleone por dejar de lado los negocios turbios para redimir un poco su alma, si es que acaso fuera posible, además de limpiar su nombre y el de su familia, dejando una industria que realmente sea un legado para sus herederos.
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Es una de las frases más recordadas la que encapsula todo el conflicto: “justo cuando pensé que estaba fuera, me jalan de regreso”. Michael es un hombre de negocios que está acostumbrado a no perder. Sabe que la racha no será impecable, así que toma las medidas necesarias para que el destino no lo encuentre. Más esto es casi imposible. ¿Karma o consecuencia? A veces no hay diferencia.
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The Godfather III da un cierre, ya sea satisfactorio para el espectador o no. Pero necesario. Pero no definitivo. El director Francis Ford Coppola, como hiciera hace unos años con Apocalypse Now, entró de nuevo a la sala de edición para dar otro toque a su obra, un nuevo sentido. El resultado es una cinta que tiene una nueva manera de narrar ciertos aspectos de la historia, sin filmar escenas nuevas, sino reutilizando el material existente, dejando ver lo importante que es la edición para una película. El resultado lleva por nombre El Padrino de Mario Puzo, Epílogo: La Muerte de Michael Corleone, como fue la idea original propuesta por Coppola y Mario Puzo, cerebro creador del mundo de los Corleone (y de las dos primeras películas de Superman).
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Aunque criticada, El Padrino III -en su forma original- forma parte de una de las trilogías imprescindibles del cine y ahora se puede disfrutar tanto en la nueva versión, como la que se dio a conocer hace 30 años.