Esta película fue todo un fenómeno a su estreno; las gráficas futuristas y los efectos especiales fueron revolucionarios. Era Tron, una ventana al futuro lejano y al mundo de las computadoras cuando estas no reinaban en las casas.
Cuando el filme llegó a las salas, las computadoras caseras no eran un instrumento habitual, ni existían los sofisticados softwares. Los videojuegos eran primitivos y muy sencillos. En pocas palabras, las computadoras no estaban fusionadas con la vida cotidiana.
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Es por ello que hablar de una película en la que el protagonista queda sumergido en un mundo digital era una creativa propuesta. Era una noción temprana a la realidad virtual y una metáfora involuntaria del sujeto como parte del mundo integrado a la informática. Sus pensamientos, sentimientos y sensaciones, administradas por una máquina.
Por estos conceptos abstractos, el filme no era tan fácil de digerir debido a sus conceptos y parte del público se dijo perdido o aburrido. Una gran ventaja era lo llamativo de sus escenarios, vestuario y sus híper veloces motocicletas, elementos que hacían más llevadero el viaje surreal.
Fue el 9 de julio de 1982 que Tron, distribuida por Buena Vista Productions, una subsidiaria de Disney Pictures, llegó a las salas de cine. La producción dirigida y escrita por Steven Lisberger, marcó un antes y un después en el cine.
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Las películas con efectos especiales no eran tan recurrentes como hoy en día y, ciertamente, la mayoría de los efectos eran de tipo práctico; esto quiere decir, realizados de manera real en el momento de la filmación. El llamado CGI (Computer-generated imagery, o Imagen generada por computadora), era inexistente en la industria. Las computadoras simplemente no tenían la capacidad de procesamiento o almacenaje para realizar dichas funciones. Además, claro, de que no existían los programas.
Con todo eso, Tron contiene animaciones por computadora y es considerada de las pioneras en el medio. A su vez, en parte de su filmación emplea la técnica de tener a los actores reaccionando a cosas que no están físicamente presentes, como pasa en la actualidad con la pantalla verde o azul. Los fondos utilizados en Tron eran de color negro, que permitían hacer los recortes y las superposiciones con los escenarios digitales, mismos que eran generados cuadro por cuadro y filmados como una animación tradicional.
Tron es un filme futurista en su concepto y en su realización. Hablando del aspecto visual, el famoso comiquero francés Moebius, fue uno de los diseñadores del filme.
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La producción es catalogada de culto y fue una motivadora para futuros cineastas, demostrando el potencial del uso de la computadora en el cine.
Jeff Bridges, quien interpreta a Kevin Flynn, un programador que tiene su propio local de videojuegos, acertó con el proyecto que ayudó a dar vida a su carrera.
Es precisamente, Flynn, quien intenta hackear el sistema computacional de una compañía. Las cosas no salen muy bien y Flynn termina digitalizado, dentro del propio programa, viéndose como un gladiador moderno, compitiendo por su vida a bordo de una poderosa motocicleta digital.
Pasaron algunas décadas antes de que se produjera una secuela directa, que llegó en 2010, muy recordada por su estupenda banda sonora compuesta por Daft Punk. Además, tuvo una serie de tv de una temporada y una gran cantidad de videojuegos.
Tron cumple 40 años de su estreno en 2022.