Muchos festejan octubre como el mes del terror, aprovechando para ahcer maratones de películas y adornar sus casas. Así que hagamos lo propio con una terrorífica película… En realidad no es terrorífica, pero sí genial.
Entre los cineastas es común el dicho que asevera que una película nunca se termina, sino que se abandona. Algunos directores y productores pueden regresar en ocasiones a algún filme en particular para hacer ajustes o modificaciones. Otros, los menos, tienen la oportunidad de recrear una cinta desde cero. Como lo hizo Tim Burton con Frankenweenie, de 2012.
El corto original fue dado a conocer el 14 de diciembre de 1984 y es una historia de poco menos de media hora, en la que Burton demuestra sin miramientos todas sus influencias. La historia es un tributo a Frankenstein (o el Prometeo moderno), novela de Mary Shelley de 1818, y la adaptación fílmica de 1931.
Adiós a Diseney
Hacer el corto le costó a Burton ser despedido por la compañía Disney, pues se dice que no dieron su permiso para realizar el corto. Años más tarde, cuando ya era una superestrella, Burton fue recontratado. Y no solo eso, sino que se le permitió hacer una nueva versión de Frankenweenie de larga duración, con alto presupuesto, usando la técnica de stop motion, tan gustada por el director y por sus legiones de seguidores.
Frankenweenie es una muy conmovedora historia en la que conocemos al niño Victor (Frankenstein), enamorado de la ciencia y de su pequeño perro bull terrier, Sparky.
Desafortunadamente, Sparky muere atropellado cuando juega con Victor. Incapaz de poder decirle adiós a su peludo amigo, Victor aplica sus conocimientos de la electricidad y su relación con el cuerpo humano para hacer un experimento que pueda regresarle la vida a Sparky.
Victor tiene éxito.
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De regreso en el plano de los vivos, Sparky lucha por reestablecerse por completo, mas no es posible. Físicamente, Sparky no es igual que antes. Algunos vecinos se percatan de ello.
Los padres de Victor deciden reintroducir a Sparky a la sociedad y que sea reconocido por los vecinos. Sin embargo, el recibimiento es negativo. Varios de ellos deciden acabar con la nueva vida de Sparky y lo persiguen.
En esta ocasión, te recomiendo ver ambas versiones. Aunque la de 2012 es más pulida, la original de 1984 nos permite ver a Tim Burton en su más pura expresión, despojado de los presupuestos descomunales, lo que permite apreciar su esencia como cineasta.
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El corto de 1984 fue filmado en blanco y negro y Burton emula las cintas del género de bajo presupuesto. Frankenweenie cuenta con una perfecta realización y es una honesta visión para aquellos que aspiren a crear sus propios filmes.
La cinematografía es espléndida y bien lograda en el concepto blanco y negro, que únicamente se vale de luz y sombra para conseguir sus fines. En la versión original, corrió a cargo de Thomas E. Ackerman (quien también trabajó en Beetlejuice), mientras que en la de 2012, de Peter Song.
A su vez, Frankenweenie de 1984 tiene a muy buenos actores, comenzando por Barrett Oliver (La historia sin fin) como Victor, Daniel Stern (Mi pobre angelito) como su padre y a la gran Shelley Duvall (El resplandor) como su madre.
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Si tienes oportunidad, ve ambas versiones, pues te permitirán apreciar distintas cualidades de uno de los directores más gustados de los últimos años. Y a la vez, deja apreciar mucho acerca de la manera en que se hace el cine.
Se cumplen 10 años de la nueva versión de Frankenweenie, de Tim Burton. Antes de despedirme, te dejo una nota de Burton con una conocida película:
