5% de los mexicanos presenta de Trastorno Antisocial de la Personalidad (TAP) la mayoría hombres.
Romper las reglas, mentir, presentar en algunos casos conductas agresivas sin sentir remordimientos, son algunas de las características de personas con TAP.
“La prevalencia de TAP es mayor en hombres que en mujeres, probablemente porque en el diagnóstico se acentúan rasgos de agresividad, socialmente relacionados con la conducta masculina; entonces, ellas podrían estar infradiagnosticadas” afirmó Salvador Chavarría Luna, académico de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.
De acuerdo con el especialista 50% de los delincuentes podrían padecer este trastorno.
El TAP puede ser detectado desde edades tempranas, se tiene que poner atención en la conducta de los niños y observar si presentan algunas conductas antisociales, como pegar a mamá y solo detenerse ante la amenaza del castigo, pero no por sentir remordimiento alguno, o por pensar que lo que hacen está mal.
“Al identificar síntomas de este trastorno en niños debemos observar cómo socializan o se adaptan a las normas sociales, y procurar generar en ellos empatía para evitar el desarrollo de psicopatías”, explicó el especialista.
La situación se puede combinar con psicopatías, como cuando se presenta el caso de dañar para obtener algún beneficio.
“Para diagnosticar TAP se elabora una historia clínica del paciente, hablamos con los padres, nos apoyamos en pruebas psicológicas; en las terapias ayudamos a los niños a entender lo que sucede, resaltamos las acciones positivas e inhibimos aquellas que los pongan en riesgo. Buscamos que tenga regulación emocional y que aprendan a reaccionar a distintos estímulos de enojo para mejorar el manejo de la agresión y evitar que su conducta llegue a otras escalas”.
En México, concluyó, hacen falta instrumentos clínicos para abordar este tipo de afecciones, porque el tratamiento es complejo, y una vez que el trastorno psicopático se presenta, es difícil lograr un cambio en la persona, “por eso lo mejor es prevenir”.