El actual Sistema de Etiquetado Frontal de Alimentos (SEFAB) es deficiente e incomprensible para la población mexicana, de tal suerte que si no eres un experto en nutrición o matemáticas difícilmente podrás entenderlo.
El Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) se ha pronunciado ante la resolución de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación relativo al etiquetado frontal de los alimentos pues consideran cuestionables los criterios vertidos en la resolución.
Aquí más que una cuestión normativa o de legalidad se atiende a una cuestión de criterios de salud y es que el INSP declara que, de acuerdo a estudios realizados recientemente por el propio Instituto, el etiquetado actual genera gran dificultad para su comprensión, lo cual tiene un impacto en la salud de los mexicanos.
El SEFAB o Guías Diarias de Alimentos (GDA), de acuerdo con el INSP, tiene las siguientes deficiencias.
1) Se utilizan valores, principalmente de azúcar de adultos, en productos dirigidos específicamente a niños o productos que pueden ser consumidos por niños, lo cual genera un consumo excesivo de nutrientes críticos como el azúcar añadido.
2) Los porcentajes utilizados no hacen distinción entre los límites superiores de consumo seleccionados para azúcares, grasas, grasas saturadas y sodio. Así, los consumidores no saben si se trata de un mínimo o un máximo recomendado.
3) Las etiquetas GDA se muestran en tamaños de porción arbitrarias; por un lado, no permite a los consumidores hacer comparaciones entre productos de la misma categoría y, por el otro, la utilización de porciones más pequeñas de lo que los individuos consumen en realidad tiene como resultado que el producto obtenga un perfil favorable para los %GDA.
4) Para hacer una interpretación adecuada del etiquetado frontal GDA, se requiere de más tiempo del que se ha estimado que un individuo dedica para leer una etiqueta nutrimental, pues se necesitan hacer operaciones matemáticas que confunden al consumidor.
5) Así, la comprensión de este etiquetado se ve afectada por los conocimientos de nutrición y habilidades matemáticas de la población, por lo que, su comprensión cabal se encuentra limitada a un sector muy pequeño de la población.
Ante estas desventajas el INSP ha propuesto la utilización de lo que es conocido como las Etiquetas de Advertencia, cuya comprensión es más fácil y que actualmente se encuentra vigente en otros países.