A todos nos encanta la primavera, el sol, las flores en cada paisaje, la vida en la calle, andar literal de pata de perro, pero ¿ya pensaste en el consentido de tu casa? ¡Exacto! Tu mascota necesita que te ocupes de ciertos detallitos para que no sufra la primavera.
Primero lo primero, la hidratación, no le quites el recipiente del agua, déjalo en un lugar con sombra y procura que siempre esté fresco, limpio (cambiar diario el agua ayudará a que las bacterias no lo enfermen y no proliferarán tampoco los molestos mosquitos) y lleno. ¿Vas de paseo? Lleva su botella de agua (procura que sea reutilizable) y un pequeño contenedor para su comodidad, ¡vamos, no cuesta mucho cargarlo!
No encierres a tu perrito, procura de ser necesario, que las ventanas o alguna de las zonas de ventilación estén abiertas para que el aire circule y evites un golpe de calor, ¡también les puede suceder! De no hacerlo, podría comenzar a deshidratarse, pues ellos difícilmente regulan su temperatura, lo que puede ocasionar que se sienta sofocado, y corra real peligro de muerte.
Báñalo, procura que sea con agua fresca para equilibrar el calor que sienten por el ambiente, a parte de que se secará rápido, ayudarás a que tu pequeño amigo canino esté fresco, de buenas e incluso feliz.
No te pases, igual que como tú cuidas de ti, no lo expongas al sol intenso, su pelaje a veces no es suficiente y, también pueden sufrir quemaduras en sus patas, orejas y hocico. Procura jardines o parques con mucha sombra, horarios en donde el sol no esté en su máximo momento y, de verdad no olvides el agua.
De las patas, evita caminar por el asfalto, ese tipo de superficies, incluso concreto, arena y piedras, guardan calor en exceso, busca caminar con él sobre el pasto o en horarios amigables. Tampoco se trata de ponerles zapatitos, es dejarlos ser perros pero cuidarlos al máximo.