La inteligencia artificial (IA) ya no es cosa del futuro: está salvando vidas hoy, al apoyar a médicos y médicas en diagnósticos más precisos, como en el caso del cáncer de mama.
Durante una conferencia en la UNAM, el investigador Óscar Pilloni Choreño explicó cómo la IA permite analizar imágenes médicas con una eficiencia que potencia el trabajo de especialistas. Es decir, no los reemplaza, los complementa.
Diagnóstico más rápido y certero
Detectar cáncer de mama tradicionalmente requiere una mamografía que revisa un radiólogo. Pero con ayuda de algoritmos de IA, se puede identificar antes y con mayor precisión si hay una anomalía. “Cuando los especialistas se acoplan con la IA, el mal se identifica de manera más eficiente”, afirmó Pilloni.
Además del diagnóstico, la IA también está siendo utilizada por empresas para mejorar la conectividad de dispositivos médicos, crear hardware más rápido y diseñar nuevas herramientas clínicas.
Un mar de datos y poca capacitación
Uno de los retos es que los datos clínicos son cada vez más complejos y numerosos. Eso exige herramientas que analicen rápido y con exactitud. La IA cumple con ese papel, pero no siempre es bienvenida.
Mucho personal médico aún desconfía de su confiabilidad y prefiere los métodos de siempre. También hay escasez de personas capacitadas para operar software médico con IA.
“Hay que perderle el miedo”, recomendó Pilloni. Eso sí, usándola con ética y de forma responsable.

Cáncer de mama: una realidad que no espera
Rosa María Ramírez Zamora, directora del Instituto de Ingeniería de la UNAM, recordó que la incidencia de cáncer de mama ha aumentado desde los años 70. En Estados Unidos pasó de afectar a una de cada 11 personas a una de cada ocho en 2019. Estas cifras se reflejan también en México.
En 2022, se registraron 31,043 casos en mujeres mexicanas. Sin embargo, con solo 689 mastógrafos disponibles y 352 técnicos certificados, el 85% de los casos no se detectan a tiempo.
La detección temprana salva vidas
Alimay de la Caridad Mora Castillo, de MEIK México, explicó que si el cáncer se detecta en etapas iniciales, las probabilidades de sobrevivir aumentan. Del estadio cero al uno pueden pasar dos años. Pero si avanza al estadio cuatro, eso puede ocurrir en solo seis meses.
Los estudios más comunes son mastografía por rayos X, ecografía, electroimpedancia y biopsias. Todos con el objetivo de identificar tumores en etapas donde el tratamiento puede ser más efectivo.
¿Y tú, ya te autoexploraste?
Una parte vital de la prevención es conocerse. Cada mes, de siete a 10 días después de la menstruación, se recomienda realizar la autoexploración con la yema de los dedos.
Mora Castillo aconseja poner atención en señales como bultos, enrojecimiento, secreción del pezón, hundimientos o piel de naranja. “Hay que conocer nuestro cuerpo”, dijo.
La inteligencia artificial puede ser una gran aliada. Pero, por ahora, la mejor defensa sigue siendo la prevención.
Con información de la UNAM.