Bienestar

¿Por qué a veces un beso no hace “click”?

Aunque un beso puede parecer un acto sencillo, detrás hay un complejo intercambio de señales químicas, sensoriales y emocionales que ayudan —o no— a generar atracción entre dos personas.

Según explica el académico de la UNAM, cuando los sistemas inmunes de dos personas son muy similares o muy distintos, puede haber una especie de “rechazo”.

No se nota en el sabor o el olor del beso, pero sí en la reacción del cuerpo: no se despierta interés, no hay ese famoso “click”.

¿Qué pasa en el cuerpo cuando besamos?

Desde el primer beso, comienza una exploración sensorial y emocional.

El beso activa neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, responsables de generar placer inmediato y bienestar posterior.

Además, se incrementa la producción de oxitocina, conocida como “la hormona del vínculo”, que fortalece el apego con la otra persona.

El especialista también detalla que las feromonas juegan un papel importante.

Estas sustancias, que no tienen un olor evidente, se perciben con el órgano vomeronasal, una estructura dentro de la nariz que ayuda a interpretar señales químicas del entorno.

Las feromonas se producen en zonas como axilas, ingles y cerca de las orejas, por eso al besar también olemos y sentimos a la otra persona.

Besar es también un intercambio de hormonas

Además de emociones, al besar también se intercambia testosterona, la hormona vinculada al deseo sexual.

Esta combinación de señales químicas puede llevar a que el beso se erotice y, desde una perspectiva biológica, prepare el terreno para la reproducción.

El académico apunta que aunque tanto hombres como mujeres disfrutan besar, hay diferencias en cómo lo hacen.

Por ejemplo, ellos tienden a abrir más la boca y a ser más directos, mientras que ellas prefieren ir más lento y con más cautela en los primeros besos.

Tipos de besos y su significado

No todos los besos son iguales.

Algunos se dan en privado y tienen una connotación íntima; otros, como los que se dan en la frente o en las mejillas, pueden ser una muestra de afecto, compañía o protección.

La cara, con muchas terminaciones nerviosas, es una zona especialmente receptiva a estas muestras de cariño.

Besar, además, es una conducta aprendida, que evoluciona con la edad.

En la infancia no hay erotismo, pero sí hay muchas expresiones de cariño.

Ya en la adolescencia, el beso se convierte en una herramienta de exploración emocional y social.

Desde el beso del “crush” hasta el de una pareja estable, todos reflejan distintas etapas de la vida afectiva.

¿Cómo aprendemos a besar?

“Uno puede tener muchas ganas de besar y no ser besado”, señala el experto, recordando que también hay normas sociales que influyen en cuándo, cómo y a quién se besa.

Al final, besar es una práctica que se aprende con la experiencia, por ensayo y error, y muchas veces con la guía de la pareja.

Así que la próxima vez que sientas mariposas (o no) después de un beso, ya sabes que no todo es romántico: también es cuestión de química, memoria inmunológica y evolución.

Con información de la UNAM.

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