Podríamos creer que la respuesta es simple, el dinero, pero ¿es en realidad el dinero la mayor motivación para que todos los días vayas al trabajo a dar lo mejor con todo y todo?
Hoy se sabe que el salario emocional es una de las características más importantes de las recompensas que un empleado recibe en su trabajo, pues en este rubro entran todos los factores que ayuden a tu crecimiento personal y profesional, relacionados con tu comportamiento y las formas en las que te relacionas.
Digamos que nunca suplirá al salario económico, pero si no hay salario emocional, los demás se hace hueco y no vale la pena, ¿de qué sirve ganar millones si realmente no tienes calidad de vida o no sientes que tu chamba realmente aporte a los logros de la empresa?
Hay puntos claves para identificar lo que el trabajo aporta como salario emocional, una de ellas es la autonomía, esa libertad para gestionar tus propios proyectos, que junto con la creatividad, pueden hacer que dejes tu huella en trabajos “aburridos”.
También lo es el sentido de pertenencia y la dirección con proyección a diferentes plazos, un buen líder escucha y gestiona con el talento de sus colaboradores.
Pero uno de los más importantes es el disfrute, gozar de momentos agradables en la oficina es importante, con la convivencia en espacios adecuados, que permitan que el cerebro piense y encuentre zonas para recrear y aburrirse, pues es el aburrimiento el catalizador del ingenio.
No es lo ideal estar en una oficina con muebles que a penas se sostienen, donde las paredes están híper decoradas con las carpetas de archivo muerto y las ventanas no permiten ver un paisaje más allá que el gris del edificio de enfrente, si es que hay ventanas.
Pero sí pueden haber ambientes y atmósferas que permitan la inspiración y admiración por el trabajo de los colegas y con un innegable sentimiento de propósito, pues nos gusta saber que además de nuestro trabajo ser valorado, en realidad aporta mucho a los resultados de la empresa, es importante saber cuánto aporta.
Y el no menos importante, mientras el trabajo genere oportunidades de crecimiento profesional, quienes colaboran en él, podrán sentirse no solo motivados, sino acompañados en la preparación para cada día hacer las cosas mucho mejor.