La actividad del volcán El Metate pudo originar procesos sociales que derivaron en el abandono del sitio arqueológico de Tingambato, Michoacán, el cual fue ocupado entre los años 0 y 900 de nuestra era.
Esa es una de las líneas de investigación que ek Servicio Arqueomagnético Nacional (SAN) de la UNAM y el Instituto Nacional de Antropología e Historia realizan en la zona.
José Luis Punzo del INAH, junto con Avto Gogichaishvili, Juan Julio Morales Contreras y Nayeli Pérez Rodríguez de la UNAM son los responsables del proyecto.
Las investigaciones recientes “nos abre las puertas para entender mejor cómo era la vida en esa época, hacia el 900 d.C”, indicó Punzo Díaz
Este período es muy importante en la arqueología regional, ya que se observan grandes cambios en la estructura social y coincide con la erupción del volcán El Metate, agregó el funcionario del INAH.
El sitio es de los más relevantes en el occidente de México al ser un puente entre las regiones del Río Balsas con el centro del país.
Cuenta con dos montículos piramidales, un juego de pelota, altares, un complejo tipo palaciego y cuatro tumbas.
Los expertos puntualizaron que, pese al conocimiento de la zona, no se contaba con un dato cronológico absoluto que definiera de forma fehaciente la cronología de Tingambato.
El estudio arqueomagnético y de mineralogía magnética sobre fragmentos de sus cerámicas permitió ahondar en la historia del lugar.
Etapas de ocupación de Tingambato
Pérez Rodríguez explicó que si bien el sitio tiene tres etapas de ocupación, aproximadamente de 300 años cada una, la investigación se enfocó especialmente en la de abandono (del año 600 a 900 d.C.).
De acuerdo con las investigaciones arqueológicas se tiene información de que la ciudad fue desocupada debido a un incendio.
Hay que recordar que dentro de la cosmología de las culturas prehispánicas el fuego era considerado una deidad.
Al respecto, Juan Morales agregó que en los estudios realizados en el volcán El Metate se encontró evidencia de que su actividad inició entre los años 990 y 1130 de nuestra era.
Esto abre la posibilidad de que el abandono de la antigua ciudad de Tingambato fuera originado por esta situación.
La urbe se sitúa dentro de la región conocida como campo volcánico Michoacán-Guanajuato, donde se concentran más de mil 500 edificios volcánicos, los cuales empezaron a formarse desde hace aproximadamente 5 millones de años, añadió.
El académico del Instituto de Geofísica, Unidad Michoacán, abundó que no se tienen evidencias de que el volcán -que cubrió un área de más de 100 kilómetros cuadrados- haya tenido impacto directo sobre Tingambato, ya que su actividad se caracterizó por la emisión de lava y no de grandes columnas eruptivas.
Cuando inició este proceso seguramente quedaron sepultadas varias localidades, cuyas poblaciones tuvieron que emigrar. El estrés social y ambiental que se vivió pudo haber sido la causa de la salida de los habitantes de Tingambato, refirió.
Con información de la UNAM.
