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Ciencia

Auroras boreales iluminaron el cielo del norte de México

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Por primera vez en varios años, el cielo del norte de México se tiñó de tonos verdes, morados y rojizos con auroras boreales, un espectáculo propio del Ártico que se pudo observar gracias a una tormenta solar severa registrada las noches del 11 y 12 de noviembre.

El fenómeno, conocido como tormenta geomagnética, también causó breves fallas eléctricas en Tijuana y alteraciones en sistemas de telecomunicaciones.

De acuerdo con el Servicio de Clima Espacial México (SCIESMEX), de la UNAM, el evento fue provocado por una eyección de masa coronal (EMC) —una enorme nube de partículas cargadas provenientes del Sol— que viajó durante dos días a una velocidad de hasta 800 kilómetros por segundo antes de impactar el campo magnético terrestre.

Luces polares sobre el desierto mexicano

Las auroras boreales se pudieron ver en Baja California, Sonora, Chihuahua, Nuevo León y Coahuila, especialmente en lugares con cielos despejados como el parque eólico de La Rumorosa, donde decenas de personas captaron el fenómeno en fotografías que se viralizaron en redes sociales.

Según el Instituto de Geofísica de la UNAM, esta tormenta alcanzó un nivel 4 en la escala de riesgo geomagnético de la NOAA (que va del 1 al 5), una intensidad poco común que permitió que las luces polares fueran visibles incluso a latitudes tan bajas como Michoacán, algo que no ocurría desde mayo de 2024.

El investigador Juan Américo González Esparza, responsable del SCIESMEX, explicó que las auroras se generan “cuando partículas solares entran en la atmósfera terrestre y chocan con moléculas de oxígeno y nitrógeno, provocando una luminiscencia natural visible en el cielo nocturno”.

Riesgos para la tecnología, no para las personas

Aunque el espectáculo fue inusual y de gran belleza, González Esparza advirtió que las tormentas geomagnéticas pueden afectar satélites, sistemas GPS, telecomunicaciones y redes eléctricas, pero no representan un riesgo para la salud humana ni están relacionadas con sismos, huracanes o el cambio climático.

El Laboratorio Nacional de Clima Espacial (LANCE/SCIESMEX) informó que el fenómeno fue monitoreado en tiempo real por una red de instrumentos nacionales: el radiotelescopio MEXART, en Michoacán, detectó perturbaciones en el medio interplanetario, y las estaciones geomagnéticas de Coeneo y Teoloyucan registraron fluctuaciones en la intensidad del campo magnético.

Una nueva tormenta en camino

Los especialistas de la UNAM no descartan que una nueva eyección solar alcance la Tierra en los próximos días, lo que podría generar una segunda tormenta geomagnética y, con suerte, nuevos avistamientos de auroras en México, si las condiciones atmosféricas lo permiten.

Cada 11 años, el Sol entra en un periodo de máxima actividad, conocido como ciclo solar, durante el cual son más frecuentes las explosiones y tormentas geomagnéticas. El actual ciclo alcanzará su punto máximo entre 2024 y 2026, por lo que los expertos prevén más eventos luminosos y más monitoreo del clima espacial.

“Estas tormentas nos recuerdan que vivimos bajo la influencia directa del Sol. Comprenderlas no solo nos permite disfrutar de fenómenos espectaculares, sino también proteger nuestra tecnología y anticipar sus efectos”, concluyó González Esparza.

Con información de la UNAM.

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