El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, decretó tres días de luto nacional en honor a la leyenda del fútbol brasileño, Mario Lobo Zagallo, quien falleció el viernes a la edad de 92 años. Zagallo, único tetracampeón mundial de fútbol, dejó un legado imborrable en la historia del deporte.
El deceso de Zagallo fue anunciado por el hospital Barra D’Or de Rio de Janeiro, donde recibió tratamiento por diversos problemas de salud en los últimos meses.
El presidente Lula elogió la trayectoria de Zagallo, destacándolo como uno de los más grandes jugadores y entrenadores de fútbol de todos los tiempos.
El velorio se está llevando a cabo en la sede de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) en Rio de Janeiro, y sus restos serán sepultados en el cementerio de Sao Joao Batista el domingo.
Nacido en 1931 en Maceió, Zagallo debutó como jugador profesional en 1948 en el club América y posteriormente jugó en el Flamengo y Botafogo.
Su legado incluye ser parte de la selección brasileña que ganó los mundiales de 1958 y 1962 como jugador, además de dirigir al equipo en el título de 1970 y ser asistente técnico en 1994.
La FIFA, representada por su presidente Gianni Infantino, elogió la influencia de Zagallo en el fútbol brasileño, calificándolo como el “padrino del fútbol brasileño” y un “genio táctico”.
Otros deportistas que también ganaron el Mundial como futbolistas y técnicos, como Franz Beckenbauer y Didier Deschamps, destacaron la importancia de Zagallo en la historia del deporte.
El presidente de la CBF, Ednaldo Rodrigues, decretó un luto oficial de siete días y expresó sus condolencias, calificando a Zagallo como una de las mayores leyendas del fútbol brasileño.
La Confederación Sudamericana de Fútbol también lamentó la pérdida de esta “leyenda del fútbol y único tetracampeón”.
Diversos clubes brasileños, incluyendo el Flamengo y el Santos, rindieron homenaje a Zagallo en redes sociales, recordándolo como un héroe que dejó una marca indeleble en la historia del fútbol brasileño.