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El once de… penaltis desastrosos

En la historia del fútbol hay varios penaltis para el olvido… a ojos de quienes los fallaron, claro. Porque para los aficionados no hay quien los borre de la memoria, para bien o para mal.

Hablando de tandas, los cuatro fallos del Barça frente al Steaua en la final de la Copa de Europa de 1986 son un claro ejemplo. Y qué decir de la Eurocopa 2000, con la local Holanda malogrando dos penaltis contra Italia en el tiempo de juego y otros tres en la tanda. Aunque vamos a centrarnos en errores individuales para el recuerdo desde el llamado punto fatídico.

Chilavert. El portero más famoso de la historia de Paraguay es recordado como un más que aceptable tirador de faltas, aunque también se jugó unos cuantos disparos desde el punto de penalti. La diferencia es que la obligación de acertar varía según el tipo de pena que se ejecute, esto es, desde dentro o desde fuera del área. En cuanto a lo primero, aquí adjuntamos un recopilatorio de sus fallos.

Ramos. Real Madrid y Bayern se jugaban a los penaltis el pase a la final de la Champions 2012. Cuando le tocó el turno al sevillano, mandó la pelota tan a las nubes que los creadores de memes se pusieron las botas. Con la pifia de Sergio, pocos se acordaron de que Cristiano y Kaká habían fallado los suyos antes que él. Como dijo en su día Santiago Segurola, las figuras tienen bula.

Djukic. El empate a cero contra el Valencia dejaba al Dépor sin el título liguero de 1994, pero una pena máxima en el minuto 90 daba a los blanquiazules la ocasión de llevarse su primer campeonato. El líbero local tomó una bocanada de aire antes de disparar, pero el tiro le salió desinflado y a las manos de González. Fue la Liga del penalti de Djukic, la tercera que el Barça de Cruyff ganó en la última jornada.

Terry. La Liga de Campeones 2008 se decidía en Moscú y el central del Chelsea tenía en su bota el título en el quinto lanzamiento de la tanda, tras haber fallado CR7 por el United. Al ir a golpear, un resbalón le hizo mandar el balón por el lado malo del poste. Se achacó su mala fortuna a la intensa lluvia, pero ninguno de los nueve tiradores anteriores resbaló. Los blues tendrían que esperar cuatro años para catar la Orejona.

Robben. Lo suyo es un idilio con el gol… cantado. Toda su vida lo perseguirá su imagen con las manos en la cabeza tras fallar ante Casillas. Con los penaltis también tiene experiencia. Con el Bayern erró uno que le dio la liga al Dortmund en 2012. Justo después, en la final de Champions que los bávaros jugaban en casa, Schweinsteiger ni quiso mirar cómo el neerlandés desperdiciaba otro en la prórroga.

Beckham. Lo de Ramos, nada en comparación con la lanzadera espacial del inglés cuando los suyos cayeron ante Portugal en cuartos de la Euro 2004. Los pross empezaron la tanda con mal pie, el derecho de su 7. El balón acabó en las manos de un aficionado gallego que lo puso a la venta en Ebay. En medio hubo pujas falsas que elevaron su precio a 10 millones de euros, pero la subasta legal lo dejó en 28.050 pavos, que ni tan mal.

Pires. El que fuera centrocampista francés del Arsenal y su paisano y compañero Henry protagonizaron una monumental metedura de pata sin usar la pata, que ya es rizar el rizo. En un choque contra el City, pensaron en emular a Cruyff y a Olsen, pero al ir a botar el penalti, el encargado de hacerlo se hizo tal lío que en lugar de darle una patada a la pelota se la dio al aire. Demasiado regalo para la defensa rival. Continuará…

Henry… Y aquí tenemos al colega de Pires. Según se observa en las imágenesTiti es la parte no culpable de la movida –si el encargado de tirar no toca bola, no puede hacerlo un compañero–, pero él mismo declaró después que había sido idea suya, asumiendo la responsabilidad. Será así, pero seguro que flipó al empezar a correr y ver el pifostio. Quedó con cara de prestarle su mote a su compi: ¿Qué has hecho, titi?

Neymar. Jugaba un partido con el Santos y le pitaron un penalti a favor. El portero vio tan claro que Ney se lo iba a tirar a lo Panenka que se quedó tal cual, es decir, de pie y donde estaba. El resultado: el balón en sus manos. El brasileño tuvo otros máximos castigos, como uno con Brasil que compitió con los viajes interestelares de Beckham y Ramos. Sería cosa de la carrerilla que tomó.

Cantona. Otro que mancilló la memoria del penalti que dio fama eterna al bigotudo más célebre del balompié. El francés le dio tanto efecto al esférico que botó dos veces y el guardameta, que se había tirado a su izquierda, tuvo tiempo de volverse a la derecha y atraparlo. Para el recuerdo, otro desde los once metros que el galo lanzó ya jugando en el Manchester United. Suave, raso y pegado al palo… pero por fuera.

Raúl. En el España-Francia de cuartos de la Euro 2000 tuvo la ocasión de empatar a los galos en el minuto 89. Sin embargo, el otrora 7 de la Selección –aquel día llevaba el 10– lo quiso colocar tan en la escuadra que la portería se le hizo demasiado estrecha. En la primera parte, Mendieta había hecho el único gol español también de penalti, pero el valencianista no pudo repetir luego por haber sido sustituido.

Entrenador. Martín Palermo. Lo sentamos a dar órdenes desde el banquillo porque tiene que haber alguien ejerciendo como tal, pero su fama con las penas máximas le viene de las tres que marró jugando con Argentina en un mismo partido de la Copa América. La selección de Colombia fue la beneficiada de la pésima puntería del Loco aquella jornada… o de su empeño en seguir tirando y estirando su desafortunada racha.

Manuel Vega / El Revulsivo

Periodista saliendo adelante como autónomo. Soy más de contar historias que de opinar, pero si lees una opinión mía es porque me he documentado antes.

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