Los pacientes con mayor masa muscular también tienen una recuperación más rápida cuando se trata de cirugías para remover algún tumor.
El ejercicio físico es de significativa ayuda para prevenir enfermedades y, de ser el caso, prepara al cuerpo humano para soportar los tratamientos a los que será sometido una vez que se ha diagnosticado algún tipo de cáncer. Así lo afirmó Ana Cristina Contreras Barocio, maestra en actividad física y deporte de la Dirección General del Deporte Universitario (DGDU) de la UNAM.
Contreras Barocio destacó durante una transmisión en Facebook Deporte UNAM que “se ha visto que personas con una mejor condición física responden mejor o tienen menos efectos adversos a quimioterapia y radioterapia”. Lo anterior se debe a que la gente con mayor masa muscular normalmente tiene una recuperación más rápida tanto a estos tratamientos como a las complicaciones que se generan después de las cirugías programadas para remover algún tipo de tumor.
“He visto que, en cirugías para remover un tumor, aquellos pacientes que tienen una mayor masa muscular o mejor consumo de oxígeno tienen una recuperación más rápida, una menor cantidad de complicaciones durante y después de la cirugía”, puntualizó Cristina Contreras.
En ese mismo sentido, realizar ejercicios aeróbicos y de fuerza, de forma frecuente, impacta en la reincidencia en cáncer de riñón, de estómago, de vejiga o de esófago, según explicó la especialista. “Es importante mencionar que cuando hacemos ejercicio hay una disminución en el riesgo de reincidencia de cáncer de riñón de entre el 11 y 17 por ciento, de estómago del 19 al 21 por ciento, de vejiga del 13 al 15 por ciento y en esófago del 24 al 30 por ciento”, mencionó la especialista adscrita a la Dirección de Medicina del Deporte de la DGDU.
A pesar de ello, Cristina Contreras resaltó la importancia de la valoración médica de los enfermos de cáncer antes de empezar a hacer ejercicio, debido a que también puede resultar contraproducente. “Se vuelve más complejo el caso de alguien con metástasis y que además tiene varias comorbilidades, aumenta la probabilidad de tener un infarto o alguna complicación propia de todos estos factores que se van sumando”, dijo.
Ante esto: “Lo ideal es que los pacientes con cáncer se hagan un electrocardiograma y un ecocardiograma, ya que tratamientos como quimioterapia y medicamentos que se usan en ella o en radioterapia, pueden dañar al corazón, y esto puede poner en un riesgo potencial a una persona que quiere empezar a hacer ejercicio”, explicó la especialista.
Refiriéndose al efecto benéfico del ejercicio, de forma preventiva ante esta enfermedad, Ana Cristina Contreras Barocio explicó que la actividad física reduce de forma significativa el riesgo de contraer cáncer. “Al menos para mamas y colon, tenemos información confiable de que el ejercicio nos ayuda incluso a reducir el riesgo de que alguien tenga estos tipos de cáncer”.
De acuerdo con lo expuesto por Contreras Barocio, la combinación de ejercicios aeróbicos y de fuerza, con una intensidad moderada y una buena cantidad de minutos por semana funciona para mejorar el pronóstico contra el cáncer. “El ejercicio va a ser como un medicamento, tiene una dosis específica para una patología específica y para una persona con características muy particulares. Si además le agregamos buenos hábitos alimenticios y si reducimos tabaquismo, la probabilidad de tener cáncer disminuye considerablemente”, sentenció.