Hilario Ávila Mejía, presidente de la Asociación de Judo de la UNAM y entrenador de dicha disciplina en CU, se llenó de bronce al obtener dos medallas de esta denominación en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, a través de sus discípulos Eduardo Ávila Sánchez, exalumno universitario y Lenia Ruvalcaba Álvarez, con los que ha recorrido ya cuatro ciclos paralímpicos si se suman los tres anteriores: Beijing 2008, Londres 2012 y Río 2016.
Eduardo Ávila, integrante de la Asociación de Judo de la UNAM, ganó medalla de bronce en la categoría -81kg varonil al derrotar al francés Nathan Petit en un combate cerrado donde ambos competidores mostraron sus técnicas antes que el judoca puma definiera su victoria a tan solo dos segundos de finalizar la contienda.
“Me siento satisfecho con este bronce, aunque con la espinita de no haber llegado a la final por el oro. El judo me ha dejado tantas lecciones de vida, de disciplina, aprendizajes de las derrotas, y para llegar a un objetivo se necesita dejar todo, pero ha valido la pena”, expresó Ávila Sánchez tras sumar su cuarta presea paralímpica de forma consecutiva, luego de obtener oro en Beijing 2008, bronce en Londres 2012 y oro en Río 2016.
“El dojo de Ciudad Universitaria ha sido mi casa, ahí he llorado, he caído, pero también he reído y he hecho las mejores amistades de mi vida. Le tengo un gran cariño y un gran respeto a ese lugar, y me gustaría que más alumnos practiquen un deporte, ya sea el judo o cualquier otra disciplina deportiva”, abundó quien fuera estudiante de la Facultad de Química de la UNAM.
Asimismo, la jalisciense Lenia Ruvalcaba Álvarez, también pupila del sensei Ávila, compitió en la categoría -70kg femenil y obtuvo el metal broncíneo al vencer a la turca Raziye Ulucam. Esta es la tercera medalla paralímpica para la tapatía en su carrera deportiva, después de obtener la argenta en Beijing 2008 y la aurea en Río 2016, estas también bajo la guía del entrenador universitario.
Ambos judokas ganaron sus combates por medio del ippon, el cual da la máxima puntuación y garantiza la victoria inmediata, ya sea derribando con fuerza al oponente sobre sus espaldas, sometiéndolo con un bloqueo de brazo o estrangulación, o inmovilizándolo por 20 segundos.
El entrenador manifestó antes de acudir a Tokio que “es un trabajo de muchos años, en ocasiones se llevan a cabo 4 o 5 eventos de nivel mundial en los que hay que estar compitiendo y ganando con todo el estrés y la emoción que ello implica”.
Eduardo y Lenia estan rankeados en el segundo lugar a nivel mundial, en la categoría -81kg y -70kg respectivamente, de acuerdo a la Federación Internacional de Deporte para Ciegos (IBSA).