Lesión de rodilla y ligamento cruzado anterior, un problema constante entre deportistas

Especialistas de Deporte UNAM explican causas, síntomas y rehabilitación de esta lesión común en atletas.


Las lesiones en las rodillas son frecuentes entre los deportistas de alto rendimiento, especialmente la rotura del ligamento cruzado anterior (LCA). Esta lesión es común en deportes de alto impacto y desgaste articular que requieren movimientos bruscos y cambios de dirección repentinos, como el fútbol, el fútbol americano, el flag football, basquetbol y tenis.


Imagen prensa UNAM

Mariana Yaret Becerril Arellano, adscrita a la Dirección de Medicina del Deporte de la Dirección General del Deporte de la UNAM , argumentó lo siguiente: “El ligamento cruzado anterior es una estructura intraarticular que se origina en el cóndilo femoral lateral y se inserta en la espina tibial, su función principal es impedir el desplazamiento anterior de la tibia sobre el fémur y controlar la laxitud en valgo, varo y rotación de la rodilla”, explicó.

Los síntomas de una rotura del LCA incluyen inflamación rápida de la articulación, un sonido de crujido al momento de la lesión, dolor intenso, alteración de los rangos de movimiento, sensación de inestabilidad en la rodilla y disminución de la funcionalidad, por lo que estos síntomas requieren la atención inmediata de un profesional de la salud.


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La lesión ocurre cuando el tobillo queda bloqueado y la rodilla absorbe toda la fuerza del peso corporal. Esto puede suceder al cambiar de dirección con el tobillo bloqueado, detenerse súbitamente con el pie anclado en el suelo, aterrizar incorrectamente de un salto o recibir un contacto directo en el lateral de la rodilla.

La rehabilitación puede hacerse con o sin cirugía, dependiendo de la gravedad de la lesión. “El ligamento cruzado anterior tiene escasa capacidad de cicatrización tras su lesión, lo que obliga a realizar técnicas de reconstrucción o sustitución ligamentosa”, afirmó Becerril Arellano.

Para el regreso a la actividad física, se requiere un plan de intervención fisioterapéutica que puede durar hasta 24 semanas, dependiendo de la capacidad de rehabilitación del paciente y del grado de la lesión, la recuperación suele incluir una combinación de terapia física y ejercicios de fortalecimiento.

Becerril Arellano también mencionó que es crucial que los deportistas realicen ejercicios de fortalecimiento y estiramiento con frecuencia, así como técnicas adecuadas de entrenamiento para reducir el riesgo de lesiones del LCA.

“El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado son fundamentales para asegurar una recuperación exitosa y el retorno seguro a la actividad deportiva”, subrayó la especialista, destacando la importancia de la prevención.

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