Este día se cumplen 35 años de la tragedia automovilística que enlutó al estado queretano, fue precisamente la mañana del domingo 10 de mayo.
El equipo de segunda división Gallos Blancos de Querétaro regresaba del estado de Tamaulipas, después de jugar el primero de 2 juegos de final para ascender a primera división.
La tragedió ocurrió en el kilómetro 67 de la carretera que enlaza la ciudad de Matehuala con San Luis Potosí.
El autobús en el que viajaban volcó, todo ello por las malas condiciones del clima, así como el exceso de velocidad.
En su momento se culpó al conductor del autobús marca DINA. Se argumentó que minutos antes de salir de Ciudad Victoria , había tenido serias diferencias con el D.T. de Gallos Luis Alvarado , todo ello, por haber llegado tarde, y posteriormente había manejado como desesperado.
A decir de los propios jugadores comentaron que kilómetros antes del suceso intento rebasar a un automóvil sin conseguirlo, lo volvió intentar con los mismos resultados y en la tercera oportunidad el camión derrapó y volcó.
Los jugadores Gerardo Orona, René Montalvo y Agustín Jiménez salieron disparados de la unidad con la mala fortuna de que el pesado vehículo les cayó encima.
Minutos después del accidente llegaron propios aficionados de la porra de Gallos que venían en autobuses diversos, así como otros conductores que pasaban por la zona.
Ellos fueron los primeros en auxiliar a los queretanos. Luego, con ambulancias de la Cruz Roja y del IMSS fueran llevados los lesionados más graves a los hospitales de la capital de San Luis Potosí.
Dentro de los lesionados se encontraba el masajista Francisco Murillo “ Borolas” y los jugadores Alfonso Salinas, Salvador “Zurdo” Ochoa, Ignacio Vargas, Arellano, el D.T. Luis Alvarado, Joel Anguiano y Jesús Martínez.
En el contexto, es importante recordar que el equipo de la UAQ, había llegado a la final de la segunda división e intentaba ascender a la máxima categoría, ello después de que consiguió su boleto en el estadio Cancún 86 al empatar 1-1 con gol del defensa central Agustín Jiménez cuando enfrentaron a los Pioneros de Cancún, y con ello se daba la llave para enfrentaría a los Correcaminos de la Universidad de Tamaulipas que habían obtenido su boleto, luego de vencer 1-0 a los Loros de Colima.
Con el pase a la final, la afición estaba volcada con su equipo, mientras la porra queretana organizaba el viaje en autobús para acompañar a su equipo en el juego de ida, el equipo hacia lo propio El 7 de Mayo viajaban en vuelo chárter desde la ciudad de México con destino a Ciudad Victoria, a destacar que en el aeropuerto ya los esperaba una cálida recepción por una comitiva universitaria encabezada por el rector de la UAT José Adame y el rector de la UAQ Braulio Guerra Malo así como el Gobernador del estado Mariano Palacios Alcocer.
Del juego se puede argumentar que ante un estadio que tuvo un sobrecupo que registraba aficionados hasta en el techo, allí los queretanos lograron mantener el 0-0 y dejar todo a la vuelta en juego que estaba programado tentativamente para el 16 de Mayo en el estadio Corregidora, pero se tuvo que reprogramar por las múltiples lesiones de los jugadores albos.
Para el 12 de Mayo la ciudad se paralizó para despedir por diferentes calles del primer cuadro de la ciudad a sus jugadores fallecidos, ante la consternación la impotencia y el dolor, los 3 jugadores recibían el reconocimiento a su paso en las diferentes carrosas que los conducían al panteón.
Hoy a 35 años del fatídico accidente, sigue muy presente en la afición del equipo de Querétaro, el lamentable suceso que golpeó en lo más profundo a toda la familia futbolística, en Querétaro, México y el Mundo.