Las gradas del Corregidora de Querétarose tiñeron de rojo. La sangre se derramó por una pelea campal entre aficionados de Gallos y Atlas.
Decenas de integrantes de las porras intercambiaron golpes y lanzaron como proyectiles cuanto tuvieron a la mano.
El resto de la afición solo pudo correr a los pasillos del colosio del estadio Corregidora o a la cancha, donde las acciones del partido tuvieron que suspenderse.
Aficionados que grabaron las golpiza dueron cuenta de algunos aficionados del atlas, capturados por la porra rival, siendo golpeados, pateados, arrastrados y desnudados aún estando inconscientes en el piso.
Una barbarie total.
La seguridad privada no pudo evitar estas horrendas escenas.
El partido ya no fue reanudado. El marcador 0-1 a favor del visitante, se convirtió en lo de menos.
Circularon en redes sociales imágenes perturbadoras de personas que yacían sangrando en los pasillos de la grada y muchas caminando a su alrededor, en el mejor de los casos indiferentes, en el peor soltando golpes o patadas a quien ya no se podía defender.
Poco a poco comenzaron a partir ambulancias para trasladar a los heridos a los hospitales.
Al cierre de esta edición no había un saldo oficia de personas heridas o con otros desenlaces.