Economía

A 10 años de su muerte, seguimos descubriendo quién fue Steve Jobs

Recién se cumplen 10 años de la muerte de Steve Jobs, el creador del imperio Apple (cuyo cofundador fue Steve Wozniak), un hombre que ha dejado su impronta para siempre en la industria tech. 

Además de ser la principal fuerza creativa en Apple, Jobs era un visionario que profetizó los mayores cambios tecnológicos de principios del siglo XXI.

Por este aniversario, su familia difundió un comunicado en el que dicen que “desde hace una década, el duelo y la curación van de la mano”. 

“A pesar de todos los dones de Steve, fue su poder como maestro lo que ha perdurado. Nos enseñó a estar abiertos a la belleza del mundo, a sentir curiosidad por las nuevas ideas, a ver a la vuelta de la esquina y, sobre todo, a ser humildes en nuestras propias mentes de principiantes”.

LÍDER CARISMÁTICO MUY PECULIAR

Su nombre aparece de forma recurrente si pensamos en grandes referentes de la tecnología, aun asi el horizonte creativo de Steve Jobs, visionario digital que revolucionó a Apple y al mundo tecno, se redescubre con cada lectura de sus conferencias, entrevistas y mensajes.

Por ejemplo, en un discurso en la Conferencia Internacional de Diseño de 1983, cuando incluso las computadoras personales apenas habían penetrado en la mayoría de hogares, Jobs explicó que su idea era trabajar para “poner en un libro un ordenador increíblemente potente que se pueda llevar allí a donde uno vaya y que se pueda aprender a usar en veinte minutos”.

Veinticuatro años más tarde, la empresa que él dirigía mostró por primera vez en público un teléfono iPhone; y tres años después, la primera tableta iPad.

Con sus funciones innovadoras y su diseño impecable, tanto el iPhone como el iPad fueron los dispositivos que abrieron el camino a dos nuevos mercados, el de los teléfonos inteligentes y el de las tabletas.

Jason Aten, columnista de tecnología del portal Inc., recuerda que el Apple de 1997 era una empresa muy diferente a la actual. Antes del iPod, la iMac y el iPhone (es decir, antes de las obras cumbres de Jobs), la compañía aún no encontraba el rumbo. Sufría ante la batalla de ventas de computadoras personales y no abundaban las ideas.

“Las palabras de Jobs eran de aspiración. Quería pintar el cuadro de un futuro deseable para la empresa, pero al hacerlo, señaló una de las estrategias de marketing más poderosas para conectar con los clientes. Irónicamente, es lo mismo: la aspiración. Jobs pintaba a Apple como una marca aspiracional”, explicó Aten.

Según señaló, ese fue el puntal de la famosa campaña “Think Different” (Piensa diferente), que celebraba a las figuras que podían ser consideradas “locas” por sus detractores pero que entraron en la historia. Los anuncios televisivos encumbraban a personajes como Ghandi, Muhammad Ali, Martin Luther King, Jr., Albert Einstein o Amelia Earhart. No hablaba de sus productos, sino de aspiraciones.

Vinculaba la marca Apple a ese tipo de personalidades.

“Porque las personas que están tan locas como para pensar que pueden cambiar el mundo, son aquellas que lo cambian”, decía el anuncio.

Con ese cambio de visión, a los pocos años Apple presentó el iPod, que transformó la forma de escuchar música. El iPhone, que cambió las interacciones personales.

Si bien la campaña Think Different ya pertenece al pasado, su núcleo se mantiene vigente. Los protagonistas de los anuncios son la gente disfrutando, no los productos.

ESTILO INCONFUNDIBLE

El legado de Jobs trasciende las fronteras de lo meramente tecnológico. 

Se ha convertido en inspiración para el mundo emprendedor, por sus ideas disruptivas, su tensión y también su ser algo desparpajado dentro de lo clásico. Siendo un visionario del marketing y de los negocios, también es conocido por su carácter despótico y sus complicadas relaciones personales.

Se ha conocido que aprovechaba el tiempo mirando fijamente hacia la nada. “El tiempo que Steve Jobs dedicaba a posponer las cosas y a reflexionar sobre las posibilidades era un tiempo bien empleado para dejar que se pusieran sobre la mesa ideas más divergentes”, contó el reconocido psicólogo Adam Grant a Business Insider.

Llevaba una vida frugal. Meditaba para mantener en calma su mente. Era budista y la filosofía oriental formó parte de su vida.

Durante la última década de su vida, Steve Jobs casi siempre usó el mismo atuendo. Un suéter negro cuello de tortuga imitación de St. Croix, jeans azules Levi 501, y tenis New Balance 991.

Esta forma de vestir refleja sus gustos minimalistas, o tal vez su talento para lograr una marca personal y, a la vez, corporativa.

The Beatles y Bob Dylan eran dos de sus artistas preferidos. Después de una larga batalla, en noviembre de 2010 iTunes obtuvo los derechos para vender la música del cuarteto de Liverpool.

Hay cientos de historias, de escritos, de historias sobre Jobs. Lo que es cierto es que, hasta el momento, no ha habido otro igual en la industria tecnológica. A pesar de morir con solo 56 años, marcó un antes y un después en la historia de la tecnología y, sin duda alguna, será recordado para siempre. 

Por esto y por más, tal vez sea que, aun hoy, las enseñanzas de Steve Jobs, su visión disruptiva, su legado siguen vigentes, y hasta podemos decir que… se le extraña.

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