La Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) reconoció el esfuerzo conjunto del Consejo de Representantes de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CONASAMI) al definir el incremento del Salario Mínimo General para 2025. Este acuerdo refleja el compromiso de empleadores, trabajadores y gobierno por fortalecer el bienestar de las familias mexicanas.
Con este ajuste, el salario mínimo pasará de $248.93 a $278.80 diarios, compuesto por $12.85 del Monto Independiente de Recuperación (MIR) y un 6.5% vinculado a la inflación.
Este aumento permitirá que el salario mínimo alcance el 91% de la línea de bienestar familiar, equivalente a dos canastas básicas alimentarias y no alimentarias.
Desde 2016, COPARMEX impulsa la “Nueva Cultura Salarial”, una estrategia que ha elevado en un 131% el poder adquisitivo del salario mínimo.
Esta iniciativa busca garantizar que, para 2026, dos salarios mínimos sean suficientes para cubrir las necesidades básicas de una familia promedio de cuatro integrantes, contribuyendo así a un México más justo y equitativo.
COPARMEX destacó que este logro es fruto de un diálogo tripartito responsable entre empleadores, trabajadores y gobierno. La decisión de aumentar el salario mínimo busca equilibrar las mejoras en el poder adquisitivo de los trabajadores y la sostenibilidad económica de las empresas, en especial las micro, pequeñas y medianas, que representan el 99% de las unidades económicas del país.
“Estos acuerdos demuestran que es posible avanzar en beneficio de las familias mexicanas, manteniendo la estabilidad de los negocios”, subrayó la Confederación.
COPARMEX reiteró su compromiso de que, para 2026, el Salario Mínimo General alcance el 100% de la línea de bienestar familiar.
Además, respaldó la propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum de lograr que, para 2030, el salario mínimo cubra hasta 2.5 veces el valor de las canastas básica alimentaria y no alimentaria.
Sin embargo, enfatizó la importancia de monitorear factores como la inflación, el mercado laboral y la economía, asegurando que las decisiones futuras no comprometan el empleo ni la competitividad empresarial.