La teoría de la selección natural Darwiniana dice que los individuos menos adaptados al medio ambiente tienen menos probabilidades de sobrevivir. Las especies evolucionan y se fortalecen o se extinguen. Esto aplica exactamente igual para los negocios. Los cambios en el entorno generan una selección natural a la que no todos le prestan atención.
Las crisis afloran nuestras debilidades
Como alguna vez dijo Warren Buffett, “Sólo cuando baja la marea se sabe quien nadaba desnudo”. Son los momentos difíciles los que afloran las falencias. Porque cuando todo va bien, las ineficiencias se cubren y se mimetizan con los resultados. Cuando estamos en crisis, salen a flote. Los golpes de las olas se sienten más fuerte.
Cuando los negocios van bien, se puede dar el lujo de tener una precaria presencia online, de fallar en algunas entregas y de no tener planes de contingencia para absolutamente nada. Vamos viviendo el día conforme llega, bajo la premisa del “mañana veremos”.
Los negocios requieren adaptación para evitar la extinción
Muchos emprendedores simplemente están aguardando a que las cosas se normalicen poco a poco, sin preocuparse por hacer mayores ajustes en su modelo de negocio. Peligroso. Como lo dejó claro Darwin, se requieren mutaciones para avanzar y no extinguirse. Ahora es una pandemia la que apaga la economía. Una cuarentena que desacelera el comercio y cambia los modelos de negocio. Mañana será otra cosa.
Entonces, si las condiciones normales de su negocio se alteraran (por cualquier razón), ¿qué harías? ¿Cuál es tu plan B? La gradual reactivación de las economías nos da cierta sensación de alivio, pero la reflexión debe ser más profunda. ¿Cómo debes prepararte para la siguiente eventualidad?, ¿para enfrentar un cambio abrupto en las reglas de juego?
Digamos que el problema no es una pandemia. Supongamos que pierdes a tu principal cliente, o tu principal proveedor, o hay escasez mundial de su materia prima básica, o se cierran las carreteras, o cae el precio del petróleo, o hay huelgas, o se dispara la tasa de cambio, o se va tu principal colaborador, o lo que sea.
¿Qué harías entonces? A eso me refiero. No tenemos respuesta para la mayoría de las preguntas.
La peor de una crisis es no aprender nada de ella
Conocemos nuestras vulnerabilidades pero no hacemos mucho al respecto. Y ese debe ser el mayor aprendizaje de esta situación. No es solo sobrevivir a esta situación, es prepararse mejor para una crisis futura, cualquiera que ella sea.
Siempre hay una mejor forma de hacer las cosas; pero a menos que estemos obligados a hacerlo, permaneceremos en el estatus quo hasta que nos golpee la próxima ola.
Ahora que conoces tus vulnerabilidades, ¿qué vas a hacer al respecto?