Donald Trump encontró un nuevo enemigo público: Walmart. Y no, no por vender pantalones a 9.99 dólares, sino por atreverse a decir en voz alta que los aranceles impuestos por su administración están encareciendo desde los plátanos hasta los asientos de bebé.
En una publicación en su red social Truth Social, Trump pidió que Walmart “deje de culpar a los aranceles” y que, en su lugar, “los absorba”.
Porque claro, según el expresidente, si una empresa gana miles de millones, lo lógico es que regale los productos, o al menos los aguacates.

“Coman los aranceles”, sugiere Trump
El minorista con sede en Arkansas reportó ganancias de 4,500 millones de dólares en el primer trimestre, una caída de 12.1% respecto al año anterior, aunque mejor de lo esperado.
Las ventas subieron 2.5%, impulsadas por el consumo local, especialmente en productos comestibles.
Pero no todo es pastel y descuentos: Walmart advirtió que los precios podrían seguir al alza debido a los aranceles impulsados por Trump, que siguen afectando productos cotidianos como café, flores y electrónicos.
“Haremos todo lo posible para mantener nuestros precios lo más bajos posible, pero no podemos absorber toda la presión inflacionaria”, dijo Doug McMillon, director general de la empresa.
A Trump, esa explicación no le pareció suficiente. En su publicación escribió: “Entre Walmart y China deberían, como se dice, ‘comerse los aranceles’ y no cobrar nada a los valiosos clientes. ¡Estaré observando, y también lo harán sus clientes!”
La postura de Trump no es nueva. Durante su presidencia, promovió la idea de que los aranceles serían absorbidos por los países exportadores o por grandes empresas, no por los consumidores.
Pero diversos análisis —y ahora los propios supermercados— han señalado que eso es más un acto de fe que un principio económico.
El propio McMillon ya se había reunido con Trump en abril para advertirle sobre el impacto de sus políticas en los precios.
En lugar de reducir aranceles, la Casa Blanca de Trump aumentó impuestos a importaciones desde México, Canadá y varios países de América Latina, provocando una inflación más difícil de disimular que un cambio de precio en la etiqueta.
Aguacates, café y rosas… ¿víctimas colaterales?
Walmart, que emplea a 1.6 millones de personas en Estados Unidos, explicó que los aranceles a productos de países como Colombia, Perú y Costa Rica han encarecido artículos básicos.
Porque sí, resulta que el Día de las Madres también se ve afectado por la política comercial: las rosas suben de precio y no es por culpa del florista.
Para algunos analistas, Trump está usando el viejo truco del regaño público como estrategia política. Pero para Walmart, el resultado es claro: precios más altos, clientes molestos y un expresidente observando con lupa desde su red social.
Mientras tanto, el consumidor estadounidense sigue esperando el milagro: que los aranceles desaparezcan… o que alguien, tal vez Santa Claus, decida “comérselos”.
Con información de AFP