Dos legisladores de oposición de Argentina interpusieron denuncias ante el poder Judicial de ese país para que el gobierno transparente la información de los vuelos del avión Boeing 747-3B3 matriculado por la aerolínea de carga venezolana EMTRASUR CARGO, aparato que previamente perteneció a la empresa Iraní Mahan Air.
El avión partió de Caracas, Venezuela el sábado 4 de junio. Estuvo un día en el Aeropuerto Intercontinental de Querétaro y despegó el domingo 5 de junio, con destino a Buenos Aires, Argentina, haciendo una escala nuevamente en Caracas.
El vuelo del avión con matrícula YV3531 tenía previsto aterrizar el 6 de junio en el aeropuerto bonaerense de Ezeiza; sin embargo, por condiciones climáticas fue desviado a Córdoba. Más tarde, ese mismo día, voló finalmente a la terminal de la capital argentina.
El 747 de carga venezonalno encendió las alertas de las autoridades argentinas por traer más tripulantes que lo habitual en vuelos de carga.
Algunas versiones señalan que la tripulación constaba de siete personas de origen Iraní y nueve venezolanos.
Sin embargo, el ministro de Seguridad de Argentina, Aníbal Fernández, señaló que se trataban de 12 ciudadanos venezolanos y 5 iraníes.
Tras dos días en Ezeiza, el miércoles 8 de junio, el carguero de Emtrasur despegó con destino a Caracas, pero tras 45 minutos de vuelo en los alrededores de Buenos Aires regresó al punto de partida por “motivos desconocidos”.
El ministro de Seguridad de Argentina confirmó que recibieron reportes de organismos extranjeros que parte de la tripulación tenía vínculos con empresas pertenecientes a las fuerzas Quds, de la Guardia Revolucionaria de Irán.
La empresa Mahan Air, antigua propietaria del avión de EMTRASUR fue enlistada por los EEUU en la lista de actividades de terrorismo, declaró Aníbal Fernández a medios argentinos.
Al lunes 13 de junio, la tripulación y el avión permanecen retenidos en el aeropuerto de Ezeiza, de Buenos Aires, Argentina.
“No había nada que nos mostrara que no tenía que ingresar” al cielo argentino, abundó el ministro de Seguridad, quien abundó que no hay ninguna alerta respecto de la tripulación.
Sin embargo, el avión no ha podido despegar de vuelta a Caracas porque las empresas aeroportuarias no le han querido vender combustible en temor a represalias por parte de Estados Unidos, detalló Aníbal Fernández.