De acuerdo con la ONU, las cooperativas a nivel mundial son la principal fuente de ingresos para más de 279 millones de personas, es decir, casi el 10% de la población activa.
Los modelos cooperativos surgen ante la necesidad de los trabajadores de buscar esquemas de producción económica distintos que les facilitaran mejores condiciones de trabajo y que les permitieran incrementar sus recursos ante el esfuerzo realizado.
Una de las primeras cooperativas de la que se tiene registro en 1844 en Inglaterra, donde un grupo de 28 artesanos del algodón deciden dejar de trabajar en las fábricas donde el sueldo era poco y las condiciones laborales no eran las mejores, por lo que deciden unirse y crean la Sociedad Equitativa de los Pioneros de Rochdale.
Desde entonces el modelo de cooperativas se ha expandido alrededor del mundo y su modelo de económico de producción sigue siendo vigente.
En una perspectiva de emprendimiento, las cooperativas son una buena opción para artesanos o para la producción de alimentos entre otros, ya que existen financiamientos propios para este modelo de producción y algunos incentivos fiscales.
Además una de sus principales virtudes en estos tiempos de estrés, es que generan un entorno laboral saludable.
La ONU sostiene que en relación con otros sectores, los trabajos cooperativos generan las siguientes ventajas:
- Son más sostenibles con el el tiempo.
- Muestran una brecha más pequeña en las ganancias entre las posiciones más altas y más bajas.
- Están distribuidos más equitativamente entre las áreas rurales y urbanas.
