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Crea la UNAM biofungicida para proteger al jitomate

Investigadores de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán de la UNAM desarrollaron un biofungicida para combatir la enfermedad conocida como damping off o secadera de plántulas, que ataca a las plantas de jitomate.

Se trata de un producto ecológico compuesto por microorganismos benéficos (hongos o bacterias), amigable con el medio ambiente e inofensivo para polinizadores y la fauna, que, además de erradicar el padecimiento, estimula de forma natural la defensa de los cultivos.

Fue elaborado por el biólogo Marcos Espadas Reséndiz, responsable del Laboratorio de Fitopatología, y Jonathan Alfredo Fernández Mendiola, jefe de la Sección de Agroecosistemas y Sanidad Vegetal de esa entidad académica.

El jitomate es una de las hortalizas que más se cultivan en México y en el mundo por su importancia económica y su calidad nutricional, ya que es fuente abundante de antioxidantes, vitaminas A, B1, B2 y C, además de minerales como calcio, fósforo, potasio y sodio.

De acuerdo con los investigadores, los hongos son la principal causa de pérdida de cultivos en el mundo, ya que se trata de agentes causales de las enfermedades de las plantas. Sin embargo, existen grupos antagonistas que sirven para controlarlos, entre los cuales destaca Trichoderma spp.

Este género fúngico, explicaron los científicos, posee propiedades micoparasitarias y antibióticas, por lo que algunas especies son catalogadas como excelentes agentes de control biológico de hongos.

Desde 2016, Fernández Mendiola trabajó con cepas nativas de Coatepec Harinas, municipio que ocupa el quinto lugar de superficie sembrada de jitomate en el Estado de México.

A partir de la cepa Trichoderma harzianum, los académicos desarrollaron el prototipo de biofungicida y lo estudiaron en semilleros.

Durante las primeras etapas fenológicas de la planta, el producto mostró excelentes resultados contra damping off, dado que controló la enfermedad al generar una planta menos susceptible a plagas y enfermedades.

En la actualidad, el equipo realiza pruebas en la producción de jitomate en invernadero.  

El biólogo Marcos Espadas recordó que, por lo regular, los campesinos utilizan productos químicos para combatir plagas y enfermedades. No obstante, el uso excesivo de agroquímicos provoca resistencia a estas, por lo que son más difíciles de erradicar.

De ahí la importancia de contar con la opción de control biológico, pues coadyuva a que sea más sustentable el agroecosistema, disminuye costos, evita dañar el medio ambiente y causar problemas de salud, además de obtener productos agrícolas inocuos y de mayor calidad.

Con información de la UNAM.

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