El primer ministro británico, Boris Johnson, ha decretado un nuevo confinamiento nacional en Inglaterra, que incluye el cierre de los colegios, debido a la alarmante expansión del coronavirus causada por la nueva variante.
“Los hospitales están bajo más presión que en ningún momento desde el comienzo de la pandemia”, ha asegurado Johnson en un discurso a la nación, en el que ha instado a todos los ciudadanos a no salir de sus hogares salvo por algún motivo esencial.
Johnson ha llamado a la ciudadanía a consultar la nueva guía de restricciones y ha pedido a la población más vulnerable que extreme las precauciones. Como en el mes de marzo, los colegios también quedarán cerrados para la mayoría de los escolares. Solo habrá excepciones para los hijos de trabajadores en puestos esenciales y niños en riesgo de exclusión.
Inglaterra sigue, así, los pasos de Escocia, que ha reinstaurado este lunes un confinamiento total similar al de la primera ola. Allí, tal y como ha anunciado la primera ministra Nicola Sturgeon, la ciudadanía deberá permanecer al menos durante todo el mes de enero en sus hogares y no salir salvo para realizar compras esenciales, para acudir al trabajo, hacer ejercicio, acudir a una cita médica o huir del abuso doméstico.
Las medidas se alargarán, al menos, durante las próximas seis semanas y exigen el cierre de todos los comercios no esenciales. Los restaurantes, sin embargo, podrán mantener sus servicios a domicilio.
Estas restricciones deben pasar, todavía, por el proceso de votación de los parlamentarios para convertirse en ley. Sin embargo, Johnson ha asegurado que las normas deberán seguirse a partir de este mismo lunes.