Científicos de la Universidad de Harvard y del Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT, por sus siglas en inglés) desarrollaron una prueba para detectar el virus SARS-CoV-2 y sus variantes a partir de una muestra de saliva. El dispositivo llamado miSHERLOCK se diferencia de pruebas similares por su capacidad de detectar la cepa específica del paciente sin necesidad de acudir a una clínica o laboratorio.
Los creadores aseguran que la prueba tiene una efectividad del 96%, incluso más alta que algunos tests PCR en la actualidad. El dispositivo procesa una muestra de saliva y arroja los resultados en una hora. Cuenta además con una aplicación para enviar el diagnóstico a las agencias de salud.
La prueba es fácil de usar y está diseñada para realizar exámenes en casa y en centros de salud ubicados en zonas de difícil acceso a las pruebas PCR. Distingue entre las variantes alfa, beta y gamma, aunque los científicos aseguran que pronto se podrá configurar para detectar la variante delta, la cual es hasta ahora la cepa más contagiosa del coronavirus.
Se estima que el dispositivo podría fabricarse a un costo entre los 2 y 3 dólares. Los científicos informaron que aún se trabaja en la rapidez y efectividad de la prueba, pero que está cerca de ser presentada ante Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) para su aprobación y posterior fabricación a gran escala.
Las universidades aseguran que trabajan en más proyectos de ese estilo con el objetivo de simplificar la tecnología al máximo para que sea fácil y accesible de utilizar para la mayoría de la población.