Nicolás Miguel Martínez llegó a Querétaro para trabajar en la construcción, pero la pandemia afectó al sector y el veracruzano tuvo que refugiarse en el Centro de Servicio Temporal para Personas en Situación de Calle instalado en el Parque Alcanfores, donde encontró una nueva forma de vida.
Nacido hace 44 años en Coatzacoalcos, Nicolás refirió que en Querétaro prestaba sus servicios en la construcción, trabajando de obra, lo que le permitía subsistir.
“Cuando comenzó la pandemia se acabó el trabajo en el ramo de la construcción y decidí venir al refugio del Parque Alcanfores para evitar el contagio del virus”, refirió.
Sin embargo, ahora que comienzan a retomarse las actividades, el ingeniero que contrataba a Nicolás lo ha invitado a hacer trabajos de pintura en la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).
“Antes nos dedicábamos a cuestiones electromecánicas, haciendo naves industriales, pero ahora nos estamos dedicando la pintura”, relató.
Con estudios terminados de bachillerato y un fugaz paso por la Facultad de Química, el entrevistado dijo que desde diciembre comenzaron a parar las actividades del ramo de la construcción por cierre de año.
Luego, desde enero comenzó el tema del COVID-19 en el mundo y en México no fue la excepción, por lo que el ramo de la construcción se vio afectado y afectó su fuente de ingresos.
El Centro de Servicio Temporal, una opción para enfrentar la crisis
Nicolás Miguel Martínez refirió que el refugio del Parque Alcanfores es una excelente oportunidad de seguridad sanitaria y apoyo social para quienes viven en situación de calle.
“Más que nada, el refugio da un excelente apoyo psicológico, pláticas profesionales, convivencia social, etcétera, “que nos permiten ver qué hay personas que podrían estar viviendo una situación más difícil que la nuestra”.
Miguel piensa a futuro y dijo estar seguro que una vez que haya pasado la emergencia sanitaria, él habrá salido fortalecido en lo anímico y profesional para buscar un trabajo estable.
“Con esto del COVID-19 seguramente se vienen muchos cambios, pero debemos adaptarnos a los cambios”, hizo hincapié.
Además lanzó un mensaje a los escépticos: “después de la pandemia seguirá habiendo oportunidades de trabajo y subsistencia, solo habrá que adaptarnos a las nuevas formas y las nuevas actividades”.
La reapertura del parque no implica cerrar el refugio
El coordinador del Marco Antonio Rosales Rosales Centro de Servicio Temporal para Personas en Situación de Calle, manifestó a su vez que este espacio mantiene el objetivo de vincular a ese sector de la población con el trabajo.
Explicó que el primer paso para en el refugio es apoyar a las personas para que equilibren sus emociones en medio de la pandemia por COVID-19.
Posteriormente viene la segunda etapa, que consiste en poder vincular a estas personas a un empleo, algunas de las cuales ya lo tienen, sin descuidar el aspecto psicológico.
“Tenemos 12 personas que ya están trabajando, quienes son apoyadas incluso en sus pasajes hacia sus centros de trabajo”, puntualizó el coordinador.
Puso de manifiesto que la sociedad civil puede apoyar al Centro COVID-19 del Parque Alcanfores a través de donaciones de vivieres, sobre todo café y azúcar.
En medio de la pandemia, Rosales dio una buena noticia: a partir del 1 de septiembre los parques serán reabiertos al público en general bajo medidas sanitarias, pero el alcalde Luis Nava está considerando mantener el refugio por tiempo indefinido y no echar a su suerte a las personas refugiadas.
“Dentro del parque tenemos actualmente 35 personas, entre adultos mayores, adultos e incluso, niñas y niños”, resaltó.