México es el país de América Latina con el mayor número de perros. Se estima que hay aproximadamente 19.5 millones y la mayoría son callejeros.
La mejor opción para evitar la sobrepoblación, el abandono, las zoonosis y la contaminación del entorno por heces caninas, es la esterilización temprana, afirmó Francisco Javier Carbajal Merchant, de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán de la UNAM.
El médico veterinario zootecnista refirió que según datos del INEGI, los perros son los animales de compañía preferidos: siete de cada 10 hogares tienen mascota, siendo los perros los favoritos.
También se estima que son la especie animal (Canis lupus familiaris) con más razas en el mundo, con 342 aceptadas por la Federación Cinológica Internacional y aproximadamente 10 en espera de ser aprobadas.
La esterilización, resaltó, es responsabilidad de las personas que adquieren un perro, y lo más recomendable es practicar este proceso quirúrgico entre los cinco y nueve meses de edad, una vez que hayan recibido preferentemente su cuadro de medicina preventiva (vacunación y desparasitación).
Con ello también se previenen conductas relacionadas con su instinto de reproducción, así como patologías en útero y problemas en testículos, en machos.
Tras aclarar que es un mito que las perras deban tener al menos una camada para someterlas a esta cirugía, Francisco Javier Carbajal reiteró que los beneficios de la esterilización son muchos, sin factores en contra. “Se dice que podría predisponer a la obesidad, pero si la dieta está controlada, tendrán una condición corporal normal”.
El universitario comentó que otro factor importante es que con la esterilización a edad temprana disminuye en los machos la probabilidad de marcar territorio: “dejan de orinar por todas partes, aunque una vez que aprenden este comportamiento, podrían hacerlo toda su vida, por lo que es necesario enseñarlos desde cachorros, una de las etapas más importantes en el aprendizaje de los perros, denominada socialización”.
Con la esterilización no dejan de ser los guardianes de la casa. Aunque esa condición sí se relaciona con la función de ciertas hormonas, un perro protege su hogar también por vínculos afectivos hacia sus propietarios y por defender su territorio; es decir, de manera intuitiva protege a su “manada” de personas extrañas o de otros canes.
Además, hay situaciones en las que es recomendable esta cirugía para disminuir su carácter y que tenga mejor relación con los humanos e individuos de su misma especie.
En cuanto al comportamiento agresivo, comentó que “hay canes entrenados para el ataque, y otros que con o sin castración tienden a manifestar agresividad; ése es un tema de comportamiento que debe tratarse de manera más específica con médicos veterinarios dedicados a la etología, que es el estudio del comportamiento animal”.
El experto en pequeñas especies acotó que la cultura del cuidado responsable va en aumento: “ahora las personas le dedican más tiempo a su animal de compañía, están mejor informadas y hay mayor compromiso, pero es bueno seguir trabajando en equipo con los médicos veterinarios para incrementar la atención e impedir que se sigan reproduciendo perros que no se consideran para este objetivo”.
En términos generales, “a partir de los siete u ocho años de edad han alcanzado la etapa geriátrica, y si no van a utilizar sus órganos reproductores, lo ideal sería retirarlos para disminuir la prevalencia de enfermedades venéreas o tumor venéreo transmisible”.
Finalmente, el universitario recomendó a quienes desean comprar o adoptar un perro buscar orientación con los médicos veterinarios para elegir la raza más adecuada y saber si es conveniente la reproducción. “Ellos alcanzan la pubertad a los nueve meses de edad, en promedio, y si se considera que sus camadas son de seis a ocho cachorros en animales de talla mediana, y hasta de 14 en tallas grandes, en cinco años podrían generar una población cercana a 200 perritos”.