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La escritura de mujeres y la experiencia femenina

La escritura de mujeres implica un ejercicio de escritura sobre la experiencia femenina, aquí te explicamos su relación intrínseca.

A lo largo de la literatura, la escritura ha sido un espacio privilegiado para los hombres, pues al igual que en otras disciplinas artísticas, la literatura responde a los preceptos patriarcales en los que está inmersa.

Cuando hablamos de literatura, en nuestra cabeza recordamos los nombres de autores que hemos leído, escuchado o visto en algún lugar. Podemos mencionar con facilidad el nombre de un autor pero cuando hablamos de autoras el caso se complica, un problema latente en la literatura donde se ha intentado rescatar a las autoras femeninas que han sido relegadas.

La escritura de mujeres

En 1975, la escritora feminista francesa Heléne Cixous publicó un ensayo titulado La risa de la medusa, la cual ha sido un parteaguas para entender desde dónde viene la escritura como mujeres y qué significa escribir como mujer.

Para la década de 1970 los cambios sociales se estaban suscitando con gran avidez, entre ellos la ola feminista que incluyó Estados Unidos y parte de Europa, en especial en Francia, donde venía dándose una ola de movimientos feministas debido a la exclusión de las mujeres de las instituciones políticas.

Durante esta ola, muchos escritos sobre la necesidad de reapropiación del lenguaje y de la palabra ante la exclusión de las mujeres de la esfera pública y de que su escritura era necesaria que pasara de la esfera privada a lo público, por lo que el lema de “lo personal es político”, dicho por Kate Millet.

Este planteaba la resignificación de las mujeres desde lo privado, como una respuesta a la ocupación pública que los hombres han tenido y que a las mujeres se les ha negado el acceso al mismo.

La experiencia femenina

Uno de los aspectos en los que se cree que está fundamentada la escritura hegemónica es que, si bien puede mantener aspectos personales en los que el autor plasma su propia experiencia personal, es algo opcional y se atribuye a que el autor está “separado” de su obra, una idea que viene del filósofo francés Roland Barthes en la que le da muerte al autor.

Esta idea se quedó en el imaginario colectivo, de esta forma promueve una separación entre la persona como autora y la obra, aun aspecto que en la escritura femenina se busca romper, pues la diferencia entre la experiencia personal como autor, la voz narrativa y la obra están intrínsecamente conectados y no se debería hacer esa separación, pues el autor responde a su tiempo, su experiencia y su vida que se encuentran plasmados en su obra.

Uno de los aspecto que la escritura de mujeres busca es reapropiarse de su propia narrativa, es decir, que la escritura también responde a la experiencia personal y que no pueden dividirse, pues es importante escribir desde el yo.

La escritura femenina rescata el surgimiento personal, pues en ella se busca en encuentro entre la persona que se es, la que se plasma y la que devuelve esa realidad plasmada. Es una manera de intentar retomar un mundo deshinibido por esa separación que provoca el alejamiento del autor con su obra.

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Mar

Escritora, redactora. Egresada de la carrera de Lengua y Literatura Hispánicas, fui parte de la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM. La escritura es el camino y la meta, y siempre estoy pensando con palabras.

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