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La lucha feminista comienza desde las aulas

Cuando una se inserta en el lucha feminista, el primer contacto sucede en las aulas.

Nuestro entorno influye en nuestra formación, pues retomamos lo que entendemos de nuestro contexto para entender lo que somos y cómo nos colocamos ante el mundo. No nos es extraño encontrar que comenzamos a darnos cuenta de las desigualdades y el imperante sistema patriarcal que se extiende ante las mujeres, quienes sufren violencia durante gran parte de su vida, tanto en entornos que implican la vida de la esfera pública, como la privada.

En la inserción ante la equidad de género, el primer acercamiento sucede desde las escuelas, que se convierten en centros que permiten ser puntos de encuentro ante el conocimiento del feminismo y de la lucha feminista.

Un primer contacto

La educación constituye uno de los pilares que permiten el crecimiento de las personas y la sociedad en conjunto, ya que el tener el conocimiento permite aplicarlo en distintos ámbitos de la vida, además de invitar al cuestionamiento y la reflexión de lo que es, lo que somos y lo que puede ser.

Una forma común de iniciar nuestro camino hacia el feminismo es desde nuestra educación, pues es allí donde empezamos a notar que las mujeres no gozan de los mismos derechos y oportunidades en todos los sectores de la sociedad.

Desde un primer punto, 122 millones de niñas en el mundo están sin escolarizar, lo que implica un rezago en el mejoramiento de la calidad de vida.

En datos proporcionados por la UNESCO, el 2% de los países del mundo restringen en su marco legal el derecho a la educación de las niñas y mujeres que están casadas, embarazadas o son madres. Estas restricciones incluyen la prohibición de que asistan a la escuela, la limitación a la asistencia de clases o la discriminación, como la marginalización y el aislamiento.

Es aún más complicado ya que las mujeres a medida que crecen, la imposición ante la sociedad de los cuidados no remunerados o las obligaciones de casa puede producir poca asistencia, poco acceso a la educación o disertación de las mujeres en las aulas.

Por otro lado, la educación con perspectiva de género todavía en México necesita mayor difusión, ya que nos encontramos con ella en centros educativos de educación media superior o superior, en donde las mujeres comienzan a tener contacto con conocimientos feministas.

Hay que agregar además, que la educación con inclusión de perspectiva de género sobre todo en las universidades del país apenas está abriendo esa posibilidad, aunque en universidades como la Universidad Nacional Autónoma de México la educación con perspectiva de género tiene mayor tiempo, con más precisión, desde principios del siglo XXI.

La lucha feminista de las universidades

En los años recientes, la lucha feminista en las aulas ha sido álgida y de gran debate, ya que los casos de violencia de género tuvieron mayor incidencia en los últimos años, en especial, a partir de la pandemia.

La lucha feminista en México tuvo mayor auge a partir de la pandemia, ya que en la Universidad Nacional Autónoma de México se dio un hecho histórico: el paro de mujeres en las facultades, escuelas, institutos y dependencias de la misma universidad donde las mujeres decidieron hacer un alto a las labores para demostrar que el problema de violencia de género había llegado a un punto álgido.

En la UNAM, las mujeres pararon en el año 2020 para denotar y visibilizar cómo los protocolos para la prevención de violencia de género no estaba hecho de la mejor manera, además de la enorme desestimación de los casos de violencia de género, donde se problematizó que el protocolo y el acompañamiento ante la violencia no estaban siendo efectivos.

A partir del 2020, en la universidad se crea por primera vez una instancia institucional que lleva a cabo los la difusión de los programas y protocolos con perspectiva de género en la UNAM que han fomentado la paridad de género, los programas con perspectiva de género en la docencia e investigación y la atención a los casos de violencia de género; además de comunicar, informar y prevenir la violencia de género para promover espacios universitarios libres y seguros.

Las mujeres merecen poder insertarse en comunidades libres que les permita desarrollarse sin el temor de ser acosadas o violentadas, además de que los protocolos sean llevados por personas con perspectiva de género.

Otro punto que ha ayudado con la apertura de las universidades a llegar a resoluciones con respecto al género han sido las colectivas, ya que gran parte del activismo que se ha dado en las universidades es mucho del trabajo de las estudiantes que han alzado la voz para inspirar a espacios libres de violencia.

Mar

Escritora, redactora. Egresada de la carrera de Lengua y Literatura Hispánicas, fui parte de la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM. La escritura es el camino y la meta, y siempre estoy pensando con palabras.

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