La pasta tiene una historia muy antigua y rica en anécdotas que comienza hace 7000 años, cuando el hombre abandonó la vida nómada, comenzó a cultivar la tierra, descubrió el trigo.
Entonces, nuestros ancestros aprendieron a trabajar mejor el molino para hacer harina, la cual se amasaba con agua, se alisaba y horneaba sobre la piedra caliente.
En la antigua Roma
Cicerón y Horacio, 100 años antes de Cristo, eran afectos a los platillos elaborados con tiras de masa delgada, hecha con harina y agua, de la cual se piensa es el origen nuestra lasaña.
En la Edad Media
Según la leyenda, en 1292 Marco Polo trajo espaguetis de China. Esta convicción, sin embargo, se muestra falsa por muchos documentos escritos que revelan la existencia de pasta en Italia antes del viaje de Marco Polo.
De acuerdo con diversos estudios fueron los árabes quienes introducen la pasta en la cocina italiana en durante el año 1000.
De hecho, en un documento que data de 1154, el geógrafo árabe Al-Idrin habla de un “alimento de harina en forma de hilos” llamada Triyah que se hizo en Palermo.
Los sicilianos fueron, efectivamente, los verdaderos maestros en cocinar pasta durante varios siglos.
De la Edad Media a nuestros días
Hasta el 1700 hay una gran confusión; diferentes tipos de pasta se refieren generalmente como macarrones hasta que los napolitanos lo convirtieron en uno de sus más famosos platillos. El término lo utilizan casi exclusivamente para identificar las pastas alargadas.
Con el paso del tiempo, la pasta se extendió por toda Italia y el mundo.
