Fue inventada hace más de 100 años; a su alrededor varias generaciones en todo el mundo crecieron, se divirtieron, lloraron, soñaron y se informaron. Gracias a ella, los oídos de las audiencias fueron testigos de la historia, al acortar las distancias y acercar a distintas sociedades. Se trata de la radio.
Sigue siendo un medio de comunicación vivo, vigente y en proceso de transformación. Su primer gran desafío fue la aparición de la televisión, y ahora se enfrenta a otro reto importante: sobrevivir a la era digital, indicó Alma Rosa Alva de la Selva, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM.
El 13 de febrero se celebra el Día mundial de la radio, que en este año está dedicado al diálogo, la tolerancia y la paz. Para la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se trata de un medio idóneo que permite unir a las comunidades y fomentar el diálogo positivo entre las personas.
En su día, la Universidad Nacional festeja a la radio, un medio que nos informa y divierte, y que hace más llevadero el trajinar cotidiano.
De las ondas a la voz
Los orígenes de la radio se remontan a 1873, cuando el físico escocés James Clerk Maxwell formuló la teoría de las ondas electromagnéticas, misma que fue confirmada por el científico alemán Heinrich Hertz en 1887, además de lograr detectar y reproducir estas ondas electromagnéticas.
Sin embargo, establecer su paternidad es más complicado, pues con este conocimiento diversos inventores desarrollaron en los siguientes años aparatos transmisores que permitieron emitir y decodificar sonidos. En 1894 Nikola Tesla realizó una demostración de una transmisión de radio en público.
En 1895 el italiano Guillermo Marconi construyó el primer sistema de radio, y en 1901 logró enviar señales a través del Océano Atlántico; en tanto, Julio Cervera logró transmitir la voz humana entre las ciudades españolas de Alicante e Ibiza en 1902, y patentó su aparato en cuatro países: España, Inglaterra, Alemania y Bélgica.
Pero fue hasta 1921 que la radiodifusión llegó a México. En el mes de septiembre los hermanos Pedro y Adolfo Gómez Fernández instalaron su equipo de transmisión en la planta baja del teatro Ideal de la Ciudad de México. Su programa se emitía los sábados y domingos de 8:00 a 9:00 de la noche y se mantuvo al aire del 27 de septiembre a enero de 1922.
En Monterrey, Constantino de Tárnava lanzó, el 27 de octubre de 1921, su emisora TND (Tárnava Notre Dame), que estuvo al aire algunos meses. En ambos programas las primeras emisiones fueron musicales, con la presencia de declamadores.
Entre 1920 y 1930, la radio en nuestro país fue principalmente experimental. Se transmitían segmentos musicales y culturales, o eventos políticos muy específicos, por pocas horas y con periodicidad espaciada.
En esos años surgieron estaciones que luego se convertirían en referencia, como la emisora de la fábrica de cigarrillos “El Buen Tono”, a la que le asignaron las siglas XEB, hoy La B grande de México. Inició operaciones en septiembre de 1923 y es la más antigua del país.
El 5 de febrero de 1930 surge Radio Mundial XEN (El Fonógrafo), la primera en ofrecer un servicio de noticias en el país. En septiembre de ese mismo año comenzó a operar la XEW, que a diferencia de las emisoras de su época contaba con una planta de cinco mil watts de potencia, con lo que logró un alcance nacional y más allá de las fronteras: era escuchada en Centro y Sudamérica, de ahí que haya tomado el lema de “La voz de la América Latina desde México”.
La TV y los medios digitales, los desafíos de la radio
En la década de los 50 del siglo pasado, con la llegada de la televisión la radio experimentó una caída en el gusto de la gente y en la captación de ingresos. Algunos equipararon este hecho con una guerra comercial, pero la radio salió avante con nuevas propuestas de contenidos y desarrollo comercial, recordó Alva de la Selva.
Ahora, nuevamente está en un proceso de reinvención ante los retos que implican los medios digitales. “El siglo XX fue el de la radiodifusión, y en esta era digital se encuentra en una etapa de convergencia e integración para adaptarse a las nuevas condiciones y reinventarse”.
Algunos investigadores consideran que la radio se encuentra en su última etapa antes de fusionarse con otros medios en la era digital, pero otros aseguran que goza de arraigo, y una carta fuerte es que cumple con funciones sociales que otros medios no han logrado.
“Entre sus fortalezas se puede mencionar la penetración, alcance, dinamismo e inmediatez. Sus virtudes siguen ahí”, resaltó la especialista en comunicación; no obstante, reconoció, en esta era digital enfrenta retos que no son menores.
El medio que llegó para quedarse
La doctora en ciencias políticas y sociales consideró que para salir adelante, la radio, además de un modelo de negocio atractivo, debe brindar más espacio a los contenidos hablados, pues éstos marcarían la diferencia y permitirían su viabilidad, siempre y cuando cubran, con calidad, las expectativas informativas y de entretenimiento de las personas del siglo XXI.
A diferencia de los medios digitales, la radio tiene mejor reputación, pues al ser hecha por profesionales que verifican sus fuentes, difunde información verídica. Finalmente, la universitaria comentó que aún falta mucho por descubrir de la radio, como los efectos que genera en las audiencias o la forma como se adapta a esta nueva era.
Para la ONU, la radio nos informa y nos transforma a través del entretenimiento, la información y la participación del público. Al tener una radio, nunca se está solo y siempre se cuenta con la compañía de un buen amigo. Es el medio perfecto para contrarrestar los llamamientos a la violencia y la propagación de conflictos, especialmente en regiones potencialmente más expuestas a estas realidades.