El papel de las mujeres y las niñas en la ciencia, la tecnología y la ingeniería contribuye al desarrollo del país y a visibilizar que las mujeres y niñas están haciendo ciencia.
En años recientes el tema de conversación sobre la equidad de género ha ido al alza, ya que cada vez los espacios se abren más a hablar del papel de las mujeres en distintos ámbitos, donde muchas veces todavía dominados por gran mayoría de hombres, el papel de las mujeres todavía está en desarrollo.
Desde diciembre del 2013, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución donde reconocía que el acceso y desarrollo de las condiciones igualitarias dentro de la ciencia, la tecnología y la innovación van de la mano por todos los individuos.
Desde el 2013, se declaró oficial el 11 de febrero como el Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia, que busca denotar y reforzar esa vinculación entre las mujeres y niñas del presente, así como del futuro.
El reflejo de las mujeres en la ciencia
En datos proporcionados por las Naciones Unidas, solo el 30% de las investigadoras en el mundo son mujeres, y de las y los estudiantes en ciencia, ingeniería, matemáticas o tecnología solo el 35% equivalen a mujeres.
No solamente existe la baja representación en las ciencias, sino que su acceso a investigación, publicación, desarrollo y remuneración es menor a comparación de los hombres, por lo que es un hecho: las mujeres necesitan el doble de esfuerzo para verse representadas.
Mucho de esto viene desde la inseguridad que se crea desde niños sobre la insuficiencia o el éxito de las niñas en el ámbito científico. Además, hay una concepción negativa de que los niños pueden tener mayor afinidad para desarrollarse dentro de estas áreas, por lo que su acceso desde la juventud se ve sesgado por esas presunciones que marginan a las mujeres a mayor participación científica y tecnológica.
Las áreas de trabajo hostiles y el simple acercamiento a estudios científicos y tecnológicos han contribuido a que a figura de las mujeres todavía se encuentre limitada, siendo, por ejemplo, el acoso en los espacios de trabajo, donde una de cada dos mujeres ha reportado acoso.
Las ciencias en México
Cuando hablamos de ciencia, en México la población de científicas se encuentra muy por debajo de lo esperado, ya que las oportunidades de acceder a investigación, difusión y gestión todavía se encuentra con muchas limitantes.
De acuerdo con datos proporcionados del INEGI, 58 millones 453 mil 363 son mujeres, considerando que la población mexicana se compone por 114 millones 255 mil 555 habitantes, lo que equivale a más de la mitad de la población.
A pesar de que las cifras van aumentando, el porcentaje de mujeres investigadoras que pertenecen al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) para el 2014 solo el 34.85% son mujeres, lo que equivale solo a 7444 mujeres dentro del patrón del SNI.
En otra instancia, la Academia Mexicana de las Ciencias solo contaba con 587 mujeres del total de 2499 investigadores.
Gran parte del problema también viene de la poca falta de implementación de estrategias que permitan a las investigadoras a encontrarse con un entorno que promueva su desarrollo y formación científica, tal como es el acoso laboral, carencia de protocolos de atención de discriminación, integración de redes de apoyo en pro de los derechos de las investigadoras, poco apoyo en el rezago de profesionalización ante limitantes familiares, como es el formar una familia o dedicarse a compromisos familiares, ausencia de programas sociales y gubernamentales de visibilicen el trabajo de las mujeres, entre otros.
Científicas que inspiran
Desde finales del siglo XIX se documentó a la primera mujer médica mexicana llamada Matilde Montoya, fue médica partera que contó con apoyo mediante un decreto por el presidente Porfirio Díaz para realizar su examen profesional. Fue de las primeras mujeres que comenzó a hacer ciencia y promover que las mujeres también estudian ciencia.
Helia Bravo Hollis fue la primera bióloga titulada, en 1929 creó y promovió el herbario y el estudio de las cactáceas mexicanas. Gracias a sus aportes existe el Jardín Botánico de la UNAM y la Reserva de la Biosfera de Metztitlán, Hidalgo.
En la actualidad, la Dra. Esperanza Martínez Romero es investigadora del Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM y se dedica al estudio entre las bacterías benéficas y la salud de las plantas. En 2020 fue galardonada con el Premio Internacional L’oréal-UNESCO por su trabajo con las bacterias benéficas.
La Dra. Eva Ramón Gallegos es científica de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional donde ha llevado a investigar el efecto de la terapia en diferentes tipos de cáncer. En 2019 logró eliminar el Virus del Papiloma Humano en 29 mujeres.
Existen miles de niñas y mujeres haciendo ciencia, investigando, estudiante, profundizando en las ciencias y la tecnología, que es necesario que exista aún más difusión en el trabajo que se realiza en el país y en impulsar a las niñas que quieren hacer ciencia de que es posible.