Digamos que hay ciertos códigos de conducta que son especialmente importantes a la hora de entrar a la pecera con un montón de tiburones, tranquilo no te asustes, nadar ahí es fácil sólo procura no caer en ciertos errores y saber a qué vas.
Es importante revisar coordenadas y horario para la sesión, no llegar en tiempo podría ser tu primer error, una vez confirmados los datos y tu asistencia, incluso pagado el monto solicitado, asegúrate de tener suficientes tarjetas de presentación “tuyas de ti contigo”, sí, contigo… nada tan horrible como llevar asistente y caer en la arrogancia de pedirle tus tarjetas cada vez. Sí, otra vez sí, las tarjetas de presentación siguen en circulación, si quieres saber cómo hacer unas efectivas y con onda, hay ciertas cosas que debes tomar en cuenta.
Define y aclara para ti el motivo de tu asistencia, recuerda que son espacios que permiten la interacción de empresarios para hacer conexiones a corto, mediano o largo plazo, contactos y posibles colaboraciones, pero no son para buscar socios de inmediato, inversionistas en fa, pedir empleo, ligar, tampoco para hacer crecer tu multinivel.
Llega a la cita comidito, no cometas el desacierto de no comer porque habrá canapés, pues tu vas con un fin, conocer gente e intercambiar información sobre sus negocios, muy mal ir en plan de hambriento y querer desquitar el pago con la comida, mucho menos con la bebida, pues aunque la barra esté surtida y te llame, moderarte y estar siempre en tus 5 sentidos darán credibilidad a tu imagen.
Procura siempre investigar quiénes asisten y analiza desde antes a quién quieres conocer y así será más fácil hacer la sesión efectiva, todos quieren conocer a todos, sin embargo el chiste del networking es estar abierto a hacer plática como hilo de media con cualquiera que se encuentre ahí, pues están para aprovechar el momento.
Escucha, presta atención a lo que te dicen, apréndete el nombre de la persona que conversa contigo, habla encontrando temas en común, deja de lado la política, el fútbol y la religión, céntrate en evitar monólogos y eso solo será posible si escuchas más de lo que hablas.
Ya invertiste por lo menos tiempo, ahora que valga la pena depende también de ti.