La vacunación contra la COVID-19 avanza de manera favorable en gran parte del mundo. A pesar de que la variante Delta ha representado una prueba más complicada que las demás cepas, la vacunación continúa sigue teniendo altos niveles de efectividad contra los cuadros más severos que pueda ocasionar la enfermedad.
A partir de esto, el proyecto COVID Sympton Study reveló los cinco síntomas más comunes en tres tipos de pacientes: totalmente vacunados, parcialmente vacunados y no vacunados. El estudio, realizado con datos de más de un millón de personas infectadas en Reino Unido, indicó que la gravedad y la duración de los mismos es la mayor diferencia entre los casos.
Una persona con su esquema de vacunación completo experimenta generalmente dolor de cabeza, dolor de garganta, secreción nasal, estornudos y pérdida del olfato. Alguien parcialmente vacunado puede sentir mayormente dolor de cabeza, dolor de garganta, secreción nasal, estornudos y tos persistente. Mientras que los síntomas más comunes de una persona no vacunada son dolor de cabeza, fiebre, dolor de garganta, secreción nasal y tos persistente.
El estudio señala que no es de extrañar que las personas vacunadas experimenten síntomas más pasajeros que las no vacunadas. Menciona que la dificultad para respirar no está entre los síntomas más comunes, probablemente debido a que los jóvenes, quienes son menos propensos a cuadros severos de COVID-19, representan ahora una mayor proporción en los casos que al principio de la pandemia.
Según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, la vacuna reduce 25 veces el riesgo de hospitalización o muerte por la variante Delta. El hecho de estar vacunado o no, determina la probabilidad de enfermar, pero lo que determina la probabilidad de infectarse es la cantidad de casos que existan a nuestro alrededor.