México enfrenta una crisis por la falta de profesionales en ciencias forenses especializados en la búsqueda e identificación de personas, tanto vivas como fallecidas.
Zoraida García Castillo, directora de la Escuela Nacional de Ciencias Forenses (ENaCiF) de la UNAM, destacó la urgencia de contar con expertos preparados para enfrentar estos retos.
En sus 11 años de existencia, la ENaCiF ha formado a cerca de 250 profesionales en siete generaciones.
Aunque se ha duplicado la matrícula inicial, la demanda sigue siendo mayor que la oferta.
Estos egresados poseen conocimientos multidisciplinarios en áreas como biología, odontología, genética y antropología, pero también es necesario incorporar más especialistas en toxicología, química y medicina forense, sectores que han visto una disminución en nuevos graduados.
Principales desafíos en el ámbito forense
Uno de los principales problemas que enfrentan los expertos es la falta de bases de datos completas y sistematizadas para la identificación de personas.
Según García Castillo, las bases actuales son fragmentadas e insuficientes, lo que dificulta la labor pericial.
Además, señaló que el enfoque de género y los derechos humanos son esenciales para avanzar en esta área.
La tecnología ha desempeñado un papel clave en el desarrollo de las ciencias forenses. Desde secuenciadores genéticos hasta sistemas digitales para el análisis de huellas dactilares, las herramientas modernas son indispensables para resolver casos.
Por ejemplo, los estudios histológicos y radiológicos han mejorado significativamente la precisión en las necropsias, mientras que la comparación de voces y documentos es cada vez más sofisticada gracias a nuevos instrumentos.
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Iniciativas y futuro de las ciencias forenses en México
La ENaCiF planea implementar, a partir de 2024, un diplomado en búsqueda e identificación como una alternativa para la titulación.
Además, se trabaja en la creación de programas de especialización y posgrados que fortalezcan la formación profesional en este campo.
La relevancia de la ciencia forense no se limita al ámbito penal, ya que también se aplica en áreas como el derecho familiar y administrativo.
Determinar parentesco, analizar autenticidad de documentos o evaluar testimonios psicológicos son ejemplos de su uso cotidiano.
Para resolver la crisis forense, México debe invertir en formación especializada, desarrollo tecnológico y la creación de bases de datos integrales, indicó la académica de la UNAM.
Esto no solo fortalecerá el sistema de justicia, sino que también ayudará a garantizar los derechos de las personas afectadas.
Con información de la UNAM.