La directora del Instituto para Prevenir Conductas de Riesgo del municipio de Querétaro, Teresita Borbolla, pidió a la ciudadanía que no criminalice a las personas en situación de calle. Esto, luego del homicidio de una joven en la calle Ezequiel Montes del Centro Histórico a manos de una persona que presuntamente vivía en la vía pública.
La funcionaria sostuvo que el señalamiento a este grupo poblacional es recurrente, pues se les suele estigmatizar como personas violentas, con algún padecimiento mental o con problemas de adicciones. En ese sentido, considero que quienes viven en la vía pública son desplazados por la sociedad, por lo que criminalizarlos contribuye aún más a su marginación.
“Es un ejercicio de sensibilización, no podemos decir que todas las personas en situación de calle son delincuentes, es más, los estamos estigmatizando, los estamos volviendo a rechazar, a expulsar, están siendo víctimas de una doble expulsión, ya fueron víctimas de su núcleo y ahora son expulsados de la sociedad”, dijo.
La directora explicó que en un censo, realizado desde 2019, se contabilizaron a 293 personas en situación de calle. De estas, 16 fueron detectadas con algún padecimiento mental grave, mientras que el resto fueron diagnosticadas con distimia, una afectación similar a la depresión, que no es exacerbada pero sí prolongada. Señaló también que el 50% del total de personas en situación de calle vive en la zona del Centro Histórico.
Para dar atención a dichos grupos vulnerables, el municipio de Querétaro cuenta con el albergue “Cambiando Vidas”, el cual en lo que va del año ha atendido a 92 personas —79 hombres y 13 mujeres—. De estas personas, 64 han sido reinsertadas a la vida social y 56 a la vida laboral.
Actualmente el albergue cuenta con 17 personas refugiadas; en ese sentido, señaló que el reto es atraer a más personas en situación de vulnerabilidad, ya que el lugar cuenta con una capacidad de hasta 49 personas.